La constante exposición a noticias e imágenes sobre el conflicto en Medio Oriente puede tener un impacto significativo en la salud mental de las personas, incluso si no se vive directamente. Según expertos en psicología, este escenario de incertidumbre y tensión a nivel mundial puede generar ansiedad, preocupación e incluso una sensación de vulnerabilidad.
Alex Behn, académico de Psicología de la Universidad Católica (UC) y director del Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión (MIDAP), explica que aunque estos conflictos no se vivan de forma directa, «es razonable experimentar cierta incertidumbre, ansiedad o preocupación, ya que se producen efectos sobre determinantes sociales» como alzas de precios, inestabilidad de los mercados y eventuales pérdidas de trabajo. Estas situaciones, sin duda, causan un grado de estrés en las personas.
Riesgo de Pérdida de Sensibilidad y Deshumanización
Germán Morales, profesor de Psicología de la UC y director del Diplomado de Trauma y Duelo desde una Perspectiva Subjetiva y Relacional, advierte que junto a la conmoción y el miedo que puede provocar el conflicto, también existe el riesgo de la pérdida de sensibilidad frente a una situación que no es propia de la sociedad en la que se vive.
«La imagen de la guerra y la violencia pueden parecer como un film ajeno. Por otro lado, la saturación de imágenes no siempre nos acerca y eso puede favorecer la deshumanización y polarización«, detalla el experto. Esto puede llevar a «categorizaciones discriminatorias mutuas, que impiden mirar la profundidad del dolor de la guerra».
Grupos Más Vulnerables
Según los especialistas, los grupos más afectados por el impacto emocional del conflicto bélico son aquellos con historias personales traumáticas que se conectan con la situación, y los jóvenes y niños que tienen mayor acceso a noticias e información.
Catalina Álvarez, académica de Psicología UC y experta en psicología infanto-juvenil, explica que para los niños y niñas esta situación puede ser especialmente abrumadora, ya que «más allá de que puedan estar seguros de que su país no se encuentra en conflicto, es difícil para ellos comprender las dimensiones reales de la amenaza, percibiéndola como algo muy concreto o cercano».
Estrategias para Manejar la Ansiedad
Los expertos coinciden en que una buena medida es conversar en familia sobre el escenario mundial que se está viviendo. Esto permite que «los niveles de preocupación sean tolerables, especialmente en el caso de los niños», señala Álvarez.
Además, es importante regular la exposición a contenidos impactantes y ofrecer información adecuada al nivel de desarrollo de los más jóvenes, evitando exponerlos a imágenes y noticias que puedan generar un mayor malestar emocional.
En resumen, la clave está en mantener un diálogo abierto, validar las emociones y proteger a los grupos más vulnerables. De esta manera, podremos sobrellevar mejor la incertidumbre y ansiedad generada por los conflictos bélicos, sin perder nuestra sensibilidad y humanidad.