¡Descubre cómo Chile enfrenta el desafío de la deuda pública y su impacto en el futuro!
A comienzos de 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba que Chile terminaría el año con una deuda pública bruta de 36,6% del PIB. Sin embargo, la realidad ha superado estas estimaciones, alcanzando una deuda del 39,4% del PIB. Según las proyecciones económicas del FMI, esta deuda seguirá creciendo y se estabilizaría alrededor del 41,5% del PIB hacia 2029.
Aunque quedan seis años para saber si el FMI acertará, es importante destacar que hace seis años, el mismo organismo proyectaba una deuda de apenas 25,7% del PIB para 2023. Es decir, la deuda se ha incrementado en 13,7 puntos porcentuales en comparación con las estimaciones iniciales.
Factores que han impulsado el aumento de la deuda pública
Parte importante de este inesperado aumento de la deuda pública entre 2018 y 2023 se explica por el rápido incremento del gasto público durante la pandemia. Por lo tanto, era de esperarse que nadie acertara las proyecciones realizadas antes de 2020.
Sin embargo, nada nos asegura la ausencia de otra crisis antes de 2029 que pueda tentar a los políticos de turno a elevar aún más la deuda por encima de lo que se está previendo actualmente. Cualquier shock interno o externo lo suficientemente significativo podría hacer que todas las proyecciones de deuda actuales terminen subestimando la realidad.
Advertencias y desafíos para Chile
El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) de Chile recientemente advirtió que, si bien en los últimos años tuvimos los ahorros suficientes para enfrentar terremotos, crisis financiera y pandemia, hoy no estamos bien preparados para volver a enfrentar algo de tal magnitud.
Además, a pesar de la delicada situación fiscal que el CFA ha venido advirtiendo, el actual gobierno decidió incrementar el déficit esperado para 2026. Es decir, el gasto público se financiará cada vez más con deuda en lugar de ingresos permanentes.
Impacto de la deuda pública en Chile
Actualmente, la deuda soberana de Chile se mantiene bajo el límite prudente fijado por Hacienda en 45% del PIB y es baja en comparación con la de algunas economías desarrolladas. Sin embargo, la potencial expansión del gasto público podría destrozar ese límite en las décadas venideras.
Según cálculos del FMI, si Chile decide anclar el monto de la Pensión Garantizada Universal (PGU) al crecimiento real de la economía —medida posiblemente necesaria para mantener el beneficio a un nivel significativo— la deuda pública podría llegar a 70% del PIB en 2050, considerando también el envejecimiento de la población.
Importancia de la deuda pública para los chilenos
La deuda pública es un tema crucial para los chilenos, ya que no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. En 2023, Chile cumplió 16 años con una deuda pública que crece más rápido que la economía, lo que ha provocado que diferentes agencias internacionales hayan bajado nuestra calificación de riesgo, encareciendo cualquier endeudamiento futuro.
Además, el Estado debe usar los recursos recaudados de todos los chilenos para pagar los intereses de la deuda del país cada año. Durante los últimos 16 años, estos pagos por intereses se han más que duplicado, siendo equivalentes al 1,1% del total de nuestra economía. Esto significa que más de US$ 3.000 millones de gasto no se traducen en bienes o servicios para los chilenos, lo que, en perspectiva, es más de 8 veces lo que las austeras estimaciones de la OECD dicen que el Estado podría ahorrarse mejorando la eficiencia del gasto público.
Conclusión: Hacia una gestión responsable de la deuda pública
Queda claro que la deuda pública de Chile es un desafío que requiere una atención prioritaria. Cualquier reforma tributaria o fiscal que se apruebe en el futuro debería estar anclada a nuestras posibilidades de crecimiento, de modo que el ingreso, el gasto y la deuda pública se mantengan en niveles sostenibles a largo plazo. Solo así las proyecciones de deuda a futuro podrán comenzar a acertar y Chile podrá asegurar su estabilidad fiscal y económica.
Es fundamental que los chilenos estén informados y comprometidos con la gestión responsable de la deuda pública, ya que de ello depende el bienestar y el futuro de nuestro país.