Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, ha revelado planes para duplicar el tamaño de la megacárcel Cecot, el principal símbolo de su guerra contra las pandillas. Esta prisión, que actualmente alberga a más de 15.000 personas, incluidos más de 200 inmigrantes deportados por Estados Unidos, se ha convertido en un punto focal de controversia y preocupaciones sobre los derechos humanos.
Según informes del The Wall Street Journal, Bukele compartió su plan de expansión con Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, durante su reciente visita al país centroamericano. La megacárcel, inaugurada en 2023, tiene una capacidad de hasta 40.000 reclusos, pero actualmente alberga solo al 40% de esa capacidad. La expansión propuesta significaría aumentar la capacidad total a 80.000 prisioneros.
Colaboración con Estados Unidos y Preocupaciones sobre Derechos Humanos
La relación entre Bukele y la administración Trump ha sido estrecha, con el presidente estadounidense agradeciendo a Bukele por «acoger criminales y darles un lugar estupendo para vivir» en la megacárcel. De hecho, Trump ha analizado la posibilidad de enviar a delincuentes estadounidenses a la prisión de El Salvador.
Noem afirmó que la administración Trump no tiene planes de repatriar a los inmigrantes y presuntos criminales que ha deportado a El Salvador, señalando que «esta es una solución a largo plazo».
Sin embargo, la megacárcel Cecot ha sido objeto de numerosas denuncias de abusos a los derechos humanos. El caso del salvadoreño Kilmar Ábrego García, enviado a la prisión por error administrativo de Estados Unidos, ha generado una batalla legal que llegó a la Corte Suprema estadounidense.
Implicaciones y Desafíos de la Expansión
La expansión planificada de la megacárcel plantea importantes interrogantes sobre la capacidad del gobierno de Bukele para garantizar condiciones dignas y respetar los derechos de los reclusos. Además, la estrecha colaboración con Estados Unidos en torno a la deportación de inmigrantes y la posible inclusión de delincuentes estadounidenses en la prisión, genera preocupaciones sobre la soberanía y la autonomía de El Salvador.
A medida que Bukele avanza con sus planes de expansión, será crucial que se aborden de manera urgente las denuncias de abusos y se implementen salvaguardas efectivas para proteger los derechos humanos de los prisioneros. La comunidad internacional deberá vigilar de cerca este proceso y exigir transparencia y rendición de cuentas por parte del gobierno salvadoreño.
Conclusión: Un Futuro Incierto para la Megacárcel de Bukele
La expansión de la megacárcel Cecot representa un desafío complejo para El Salvador, que deberá equilibrar sus objetivos de seguridad con el respeto a los derechos humanos y la soberanía nacional. A medida que Bukele avanza con sus planes, será fundamental que se aborden las preocupaciones y se implementen salvaguardas adecuadas para evitar que la prisión se convierta en un símbolo de la vulneración de los derechos de los reclusos.