En el mundo del entretenimiento, donde la apariencia a menudo se antepone a la habilidad, una reciente polémica en el programa ‘Fiebre de Baile’ ha puesto de manifiesto la tensión entre la expresión artística y los estereotipos sobre la imagen corporal.
La situación se desencadenó durante la evaluación de la participante venezolana Carlyn Romero, quien acababa de presentar una coreografía de salsa y hip hop. Cuando llegó el turno de la jurado Raquel Argandoña, esta comenzó elogiando el talento y carisma de Carlyn, pero rápidamente centró su crítica en los tatuajes que la joven luce en distintas partes de su cuerpo.
«Estás preciosa, lamento de verdad que te eches a perder tu lindo cuerpo con esos tatuajes, pero bueno, eso es algo personal», comentó Argandoña, generando incomodidad en el estudio. Carlyn no tardó en responder, dejando claro que sus tatuajes tienen un significado profundo y son parte de su identidad.
«Tienen significados muy importantes y son hermosos», replicó Romero, dejando en claro que no se arrepiente de su decisión ni considera que sus tatuajes afecten su imagen artística.
Aunque Argandoña intentó suavizar sus palabras, insistió en su punto antes de dar su calificación: «La salsa la llevas en la sangre. A pesar de los tatuajes, mi nota para ti», expresó antes de otorgarle un 8.
Pero Carlyn no se quedó callada: «Los tatuajes no tienen nada que ver con el baile», respondió con firmeza.
El debate no terminó ahí, ya que el también jurado Vasco Moulian intervino para intentar explicar la postura de Raquel. Según él, el comentario apuntaba a la dificultad de interpretar ciertos personajes cuando los tatuajes son muy visibles. «Cuando tienes que interpretar a otro personaje, no puedes estar con tus tatuajes», sostuvo.
Sin embargo, Carlyn señaló que, de haberle informado previamente, habría podido cubrir sus tatuajes fácilmente. «Si me lo hubiesen dicho, me habría pintado el cuerpo para ocultarlos», respondió con tranquilidad, cerrando así el tenso intercambio que dejó opiniones divididas entre el público y los panelistas del programa.
Este incidente pone de manifiesto la necesidad de una mayor apertura y comprensión hacia la diversidad de expresiones artísticas y corporales. La danza, como forma de arte, debería celebrar la individualidad y la autenticidad de los intérpretes, en lugar de imponer restricciones basadas en estereotipos sobre la apariencia física.
