En una semana complicada para el presidente argentino Javier Milei, su ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ha presentado su renuncia. Esta decisión, que se había convertido en un secreto a voces, fue finalmente revelada este jueves por el medio asociado Perfil.
Según una fuente familiarizada con los pasillos de los tribunales, la salida de Cúneo «es parte del arreglo». El ministro dejará su cargo el próximo lunes para volver a la actividad privada y a su estudio.
La renuncia de Cúneo se suma a la de su homólogo de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, quien también dejaría su puesto oficialmente el 27 de octubre, después de las elecciones legislativas. Esto acelera las negociaciones internas por la fusión de las carteras de Justicia y Seguridad, algo que se venía discutiendo desde hace meses.
Tensión en el gobierno de Milei
La nueva fuga de ministros en el sprint final de la campaña electoral le suma tensión al gobierno de Javier Milei y pone en evidencia el desgaste de la autoridad presidencial. Esto refleja la imposibilidad de los libertarios de mantener bajo control la agenda a días de los comicios.
Según fuentes cercanas a la Justicia, el verdadero operador judicial en la sombra es Sebastián Amerio, secretario de Justicia y delegado de Santiago Caputo en esa área. Todo indica que Caputo ganará terreno en el rediseño del Gabinete tras las elecciones del domingo.
¿Quién reemplazará a Cúneo?
En este contexto, se barajan varios nombres para suceder a Cúneo al frente del Ministerio de Justicia. Uno de los principales candidatos es Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata, quien tiene experiencia como fiscal federal y mantiene vínculos fluidos con Amerio.
Otras opciones mencionadas son Alejandra Monteoliva, número dos de la ministra Patricia Bullrich, y Diego Santilli. Sin embargo, si se confirma a Amerio en Justicia, Montenegro perdería terreno en la carrera por el puesto.
La salida de Cúneo deja en evidencia la inestabilidad y las tensiones que sacuden al gobierno de Milei a pocos días de las elecciones. Esta crisis ministerial pone a prueba la capacidad del presidente para mantener el control de la agenda y enfrentar los desafíos que se avecinan.
