En una acción contundente, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha anunciado sanciones contra las dos principales compañías petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, como respuesta a la «falta de compromiso serio por parte de Rusia con un proceso de paz para poner fin a la guerra en Ucrania». Según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, «Dada la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro está sancionando a las dos mayores empresas petroleras de Rusia que financian la maquinaria bélica del Kremlin».
Ambas empresas, especializadas en la exploración y comercialización de petróleo, gas natural y derivados, son responsables de cerca del 6% de la producción mundial de crudo y casi la mitad de la producción rusa. Juntas, exportan 3,1 millones de barriles de crudo al día, lo que las convierte en piezas clave del engranaje económico y militar de Rusia.
Impacto de las Sanciones
Las nuevas sanciones van más allá de las medidas previamente impuestas a estas compañías, extendiéndose ahora a sus filiales y empresas vinculadas en las que posean más del 50% de participación, ya sea directa o indirectamente. Esto implica el bloqueo de todos sus bienes e intereses en territorio estadounidense, la prohibición de transacciones por parte de personas o empresas de EE.UU. y su exclusión del sistema financiero estadounidense.
Desde la perspectiva económica, estas sanciones buscan «mermar la capacidad del Kremlin» y privar a Rusia de los ingresos vitales que estas empresas generan para financiar su maquinaria bélica. Según el secretario Bessent, «El Tesoro está dispuesto a tomar nuevas medidas si es necesario para apoyar los esfuerzos del presidente Trump por poner fin a otra guerra más. Animamos a nuestros aliados a que se unan a nosotros y se adhieran a estas sanciones».
Llamado a un Alto al Fuego Inmediato
Paralelamente a las sanciones, el Departamento del Tesoro ha hecho un llamado urgente a Rusia para que se detenga el derramamiento de sangre y se declare un alto al fuego inmediato en Ucrania. En palabras de Bessent: «Now is the time to stop the killing and for an immediate ceasefire».
Esta acción se enmarca en los esfuerzos de la administración Trump por encontrar una «resolución pacífica de la guerra» y presionar a Rusia para que ponga fin a las hostilidades. Sin embargo, la Casa Blanca ha descartado por ahora planes inmediatos para una nueva cumbre entre el presidente estadounidense y el líder ruso, Vladimir Putin.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022, Washington ha impuesto sanciones a más de 6.000 personas y entidades vinculadas a la maquinaria bélica rusa, en un intento por asfixiar económicamente a Rusia y forzar una solución negociada al conflicto.
