En las próximas semanas, se iniciarán importantes trabajos de conservación y mejoras en dos de los puentes más vitales de la región del Bío Bío: el Puente Juan Pablo Segundo y el Puente Llacolén. Estas intervenciones buscan garantizar la seguridad y la vida útil de estas estructuras clave que conectan las comunas de San Pedro de la Paz y Concepción.
Tras los daños sufridos por el Puente Juan Pablo Segundo a raíz del terremoto de 2010, las autoridades se vieron obligadas a imponer restricciones de tonelaje a los vehículos que lo transitaban, e incluso tuvieron que retirar las barreras de concreto que dividían los carriles. Esto, lamentablemente, acortó la vida útil prevista de la estructura, que según estudios de ingeniería realizados entre 2022 y 2023, se estimaba en solo 10 años más.
Conservación y Seguridad en Marcha
Para abordar esta situación, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha anunciado el inicio de los trabajos de conservación en el Puente Juan Pablo Segundo. Según el Seremi de la cartera, Hugo Cautivo, se instalarán pórticos para sancionar a los conductores que circulen de manera irresponsable, buscando así preservar la integridad de esta vital estructura.
Paralelamente, en el Puente Llacolén también se han implementado nuevas medidas de seguridad vial. El Seremi explicó que se han instalado dos medidores de velocidad, con el objetivo de asegurar que los conductores que transitan entre Concepción y San Pedro de la Paz respeten el límite de 60 kilómetros por hora establecido.
Garantizando la Conectividad y la Seguridad
Estas intervenciones en los puentes Juan Pablo Segundo y Llacolén son cruciales para mantener la conectividad y la seguridad en la región del Bío Bío. Al conservar la integridad de estas estructuras y controlar la velocidad de los vehículos, las autoridades están dando pasos importantes para proteger a los usuarios y prolongar la vida útil de estos puentes vitales.
La región puede estar tranquila de que sus autoridades están tomando las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la conservación de estos puentes clave, asegurando así la movilidad y el desarrollo de las comunidades que dependen de ellos.