La escasez de avellanas se ha convertido en un dolor de cabeza para los amantes de la Nutella y otros productos a base de este preciado ingrediente. Debido a una inesperada helada en Turquía y a los efectos del cambio climático, los precios de las avellanas han subido más de un 35% desde abril de 2025, llegando a alcanzar los $10 por kilo a nivel internacional.
El impacto en la industria alimentaria
Esta crisis afecta directamente a marcas como Ferrero, fabricante de Nutella, que utiliza alrededor de una cuarta parte del suministro mundial de avellanas. Las avellanas constituyen aproximadamente el 13% de la receta de Nutella, por lo que incluso pequeñas subidas de precios aumentan significativamente los costos de producción y reducen los márgenes de la empresa.
Ante esta situación, los fabricantes de dulces se ven obligados a buscar otros proveedores en países como Estados Unidos, Chile y Georgia, donde la producción es mucho menor que en Turquía. Sin embargo, aumentar la producción en otros lugares lleva años, ya que los avellanos tardan entre 5 y 7 años en madurar, limitando el alivio a corto plazo.
La vulnerabilidad ante el cambio climático
La crisis de las avellanas pone de manifiesto una vulnerabilidad más profunda: la fragilidad de los sectores dependientes de los cultivos ante los efectos del cambio climático. Las avellanas son especialmente sensibles a las heladas primaverales, y la ola de frío de este año en Turquía es un claro recordatorio de que la crisis climática no solo significa calor, sino también imprevisibilidad.
Los expertos advierten que el clima errático podría volverse más frecuente, lo que representa una amenaza no solo para las avellanas, sino también para otros cultivos como las almendras y las nueces.
Conclusión
La escasez de avellanas es un desafío que obliga a las empresas a diversificar sus fuentes de abastecimiento y a los consumidores a enfrentar posibles aumentos de precios en productos como la Nutella. Esta crisis pone de manifiesto la necesidad de abordar los efectos del cambio climático y de desarrollar sistemas agrícolas más resilientes para garantizar el suministro de estos ingredientes clave.
