En un caso que sacude los cimientos de la ética policial, un oficial argentino llamado Cristian Martín Galván ha sido condenado por contratar a presos de una cárcel local para que trabajaran como garzones en su propia boda.
Según la investigación, el hecho ocurrió el 31 de mayo de 2024, cuando Galván, entonces jefe de la subcomisaría de Lonquimay, organizó un almuerzo en un pub cercano a la oficina después de su ceremonia civil. Para sorpresa de todos, cuatro internos alojados en la misma subcomisaría colaboraron en la organización del evento.
Abuso de Autoridad y Consecuencias Legales
El juez Andrés Olié, de la zona de La Pampa, condenó a Galván por el delito de abuso genérico de autoridad. Además de la pena de prisión, el oficial fue inhabilitado por dos años y seis meses para ejercer cargos o empleos públicos.
Según el fallo, Galván solicitó a los presos Manuel Urrutia, Claudio Araneda, Denis Álvarez Pérez y Oscar Dante Sánchez que realizaran tareas de servicio en el pub durante el almuerzo de su boda, permaneciendo allí desde las 9 hasta las 18 horas.
Versiones Encontradas y Pruebas Contundentes
Si bien algunos testigos ofrecieron versiones diferentes, las declaraciones de tres policías y tres de los cuatro internos resultaron coherentes con la acusación fiscal presentada por Guillermo Sancho. Por su parte, la defensa, representada por Alberto Emanuel Morales y Marcos Bertolotti, había solicitado la absolución del inspector por el beneficio de la duda.
La jueza de ejecución Marisol Rodríguez, encargada de la supervisión de los detenidos, informó que ninguno de ellos contaba con autorización para salir ese día de la dependencia, lo que terminó de confirmar el abuso de autoridad cometido por Galván.
Reflexión Final: Ética y Responsabilidad Policial
Este caso pone de manifiesto la importancia de mantener altos estándares éticos en las fuerzas de seguridad. El abuso de poder y la falta de respeto a la ley por parte de quienes deben velarla socavan la confianza pública y comprometen la integridad de todo el sistema. Es fundamental que los agentes policiales comprendan que su deber va más allá del cumplimiento de tareas, y que deben ser ejemplos de conducta y responsabilidad ante la sociedad.