En una operación conjunta entre fuerzas de seguridad brasileñas, italianas y la Interpol, la Policía italiana detuvo este martes en Roma a la diputada brasileña de ultraderecha y aliada del expresidente Jair Bolsonaro, Carla Zambelli. Zambelli había huido a Italia tras ser condenada en mayo a diez años de prisión por ordenar la invasión de los sistemas informáticos del Poder Judicial durante las elecciones presidenciales de 2022, en las que Bolsonaro perdió frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
Según informó la Policía Federal de Brasil, Zambelli «será sometida a un proceso de extradición» tras su detención en la capital italiana. El diputado italiano Angelo Bonelli, de Alianza Verdes e Izquierda, reveló que proporcionó a las autoridades la dirección donde se encontraba la parlamentaria brasileña, lo que permitió su captura.
Huyó primero a Argentina y luego a Estados Unidos
Zambelli, una destacada aliada del ultraderechista Bolsonaro, había anunciado a inicios de junio que había dejado Brasil y que pretendía radicarse en Italia para denunciar la «persecución» que dice sufrir a manos del Supremo Tribunal Federal de Brasil. Al parecer, la diputada salió primero hacia Argentina, desde donde se dirigió a Estados Unidos (EEUU) para finalmente llegar a Roma, donde afirmó que estaría protegida por el hecho de tener también la ciudadanía italiana.
Acusada de perseguir a militante de izquierda
Además de la condena por los delitos electorales, Zambelli mantiene otros procesos pendientes en tribunales brasileños, uno de ellos por haber perseguido a punta de pistola a un militante de izquierda por las calles de São Paulo, un día antes de las presidenciales de 2022.
En un video publicado por su abogado defensor, Zambelli afirmó que «no» volverá a Brasil y que, de tener que cumplir alguna pena, lo hará en Italia, país que calificó como «justo y democrático». Sin embargo, ahora deberá enfrentar el proceso de extradición solicitado por las autoridades brasileñas.
La detención de Zambelli en Italia se produce en medio de la creciente presión judicial sobre el expresidente Bolsonaro, quien también enfrenta diversos procesos y medidas cautelares en Brasil por su papel en la desestabilización democrática durante y después de las elecciones de 2022.
