En un movimiento que ha generado revuelo en el circuito cinematográfico local, el Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia) ha vetado a la plataforma de streaming Mubi debido a sus vínculos con la empresa de capital de riesgo Sequoia Capital, un fondo estadounidense ligado a startups de defensa y ciberseguridad relacionadas con el ejército de Israel y sus operaciones en la Franja de Gaza.
Según explicó el director del festival, Raúl Camargo, la decisión fue tomada tras una cuidadosa evaluación de la coyuntura política internacional. «Por temas específicos de la coyuntura política internacional, este año decidimos no dar películas de MUBI como plataforma. Esto, por el financiamiento de Sequoia Capital, que tiene una relación directa con el genocidio en Palestina», declaró Camargo en una entrevista con Radio Universidad de Chile.
Separando a Mubi de sus Trabajadores
Camargo enfatizó que la medida no apunta a los trabajadores de Mubi, quienes se ven tan afectados como el público cinéfilo mundial por esta situación. «Tuvimos una reunión con Mubi y dijimos explícitamente que buscaran otras alternativas en Chile porque iban a haber más festivales felices de dar las películas que nosotros no estábamos tomando, haciendo, a su vez, la separación entre Mubi como empresa y sus trabajadores», explicó.
Sequoia Capital y sus Vínculos Cuestionados
El veto de FICValdivia a Mubi se produce en el marco de las recientes revelaciones sobre los vínculos de Sequoia Capital con la guerra en Gaza. Según informes, el fondo de capital de riesgo ha invertido en startups de defensa y ciberseguridad relacionadas con el ejército israelí y sus operaciones en Palestina.
Uno de los socios principales de Sequoia Capital, Shaun Maguire, se ha posicionado públicamente a favor del gobierno israelí y su ofensiva militar en Gaza, llegando incluso a criticar a la ONU por denunciar los crímenes de guerra cometidos.
Un Posicionamiento Firme en Defensa de los Derechos Humanos
Con esta decisión, FICValdivia se posiciona como un festival comprometido con la defensa de los derechos humanos y la justicia social, negándose a dar plataforma a empresas y entidades vinculadas a violaciones de estos principios fundamentales. «Decidimos no dar sus películas porque iban a haber más festivales felices de darlas», concluyó Camargo, dejando en claro que el festival buscará alternativas más afines a sus valores.