Gabriel Salazar es uno de los historiadores más reconocidos de Chile, considerado el padre de la nueva historia social en el país. Su extensa obra, que se extiende por cuatro décadas, se caracteriza por una postura crítica hacia el sistema político erigido después de la dictadura y un resuelto apoyo a los movimientos sociales.
La Historia Social como Preparación para Nuevos Movimientos Sociales
Para Salazar, la historia social no es una mera subdisciplina de la historia general, sino una forma de redefinir la historia de Chile desde una perspectiva popular e inclusiva. Busca sistematizar el saber social de los movimientos sociales, enriquecido en las diversas experiencias de lucha. Según Salazar, el pueblo detenta la historicidad, es decir, la capacidad de cambio histórico y colectivo, a diferencia de la elite chilena, cuyo Leitmotiv es mantener su posición de privilegio.
El Pueblo como Titular de la Soberanía
Salazar considera que el pueblo es el titular de la soberanía, el poder para construir y reconstruir el Estado. Sin embargo, la oligarquía le ha sustraído dicho poder soberano al pueblo, quien resiste exitosamente dicha pérdida.
Salazar propone una democracia republicana y participativa, donde los asuntos públicos sean materia de interés de todos los ciudadanos y el pueblo tome parte activa en las decisiones. No obstante, su formulación presenta algunas ambigüedades en cuanto a la noción de ciudadanía y la importancia de la ley para proteger los derechos fundamentales.
Del Discurso Histórico al Mito Político
La obra de Salazar conjuga lo histórico y lo político, dando lugar a la elaboración de un mito político. Este mito se conforma de tres elementos: la conformación de dos grandes arquetipos históricos (elite y pueblo), el enfrentamiento permanente entre ellos, y un sentido épico de la lucha política que culmina en la asamblea constituyente como hito transformador.
Desde una perspectiva crítica, la propuesta de Salazar de una asamblea constituyente como inicio de una democracia plena no capta la complejidad de los procesos políticos contemporáneos. La transformación anhelada puede verse frustrada por la polarización de opiniones y la fragmentación del debate político, favoreciendo narrativas simplificadas y discursos populistas.
No obstante, el legado más trascendente de la obra de Salazar es su llamado a la acción ciudadana y a la liberación del pueblo de sus cadenas, convirtiéndose en un poderoso mito político que ha impactado profundamente en la sociedad chilena.