En un mundo dominado por ritmos pegajosos de reguetón, trap y una constante desinformación en redes sociales, se desarrolla una batalla silenciosa que muchos jóvenes aún no enfrentan: la de entender y gestionar sus finanzas. La falta de conocimientos financieros no es solo un problema individual, sino una amenaza para la salud mental y el bienestar social.
Educación financiera y salud mental
Según la ONU y la OMS, los jóvenes con altas deudas tienen un 45% más de riesgo de sufrir ansiedad y depresión. Pero este impacto no afecta a todos de la misma manera: las mujeres, en particular, enfrentan mayores dificultades, ya que a menudo lidian con brechas en ingresos, mayor vulnerabilidad al sobreendeudamiento y mayores tasas de ansiedad y estrés financiero. Esta desigualdad agudiza su situación económica, dificultando que puedan tomar decisiones informadas y responsables.
Otro dato relevante es que según la Encuesta Regional del INJUV 2022, más del 30% de los jóvenes se siente sobreendeudado, una cifra que evidencia la urgencia de abordar esta problemática de manera temprana y con políticas integrales y efectivas que ayuden a este segmento a enfrentar de mejor manera las opciones y alternativas que hoy brinda el sistema financiero.
La importancia de la educación financiera
Aprender a gestionar las finanzas personales es una necesidad urgente para el país, que requiere reforzar la labor docente en colegios, centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades. De esta forma, los jóvenes podrán aprender a afrontar con autonomía y responsabilidad sus gastos, teniendo una base sólida de conocimientos que los lleve a tomar mejores decisiones, evitando el sobreendeudamiento.
Iniciativas como el Curso para la Ciudadanía y Saberes Docentes de Mi Barrio Financiero han resultado ser efectivas a la hora de abordar esta problemática, dado acceso gratuito a contenidos esenciales para la vida cotidiana de los jóvenes.
Un llamado a la acción
Abordar esta problemática desde el sistema educativo, fortaleciendo la importante labor de los docentes, es clave para avanzar como sociedad. La educación financiera es una demanda que exige acción inmediata, solo así podremos construir un futuro más seguro y equitativo para los jóvenes, donde se valore el ahorro y se tomen decisiones económicas responsables.
