Estados Unidos enfrenta un alarmante rebrote de sarampión, con más de 1,000 casos confirmados y 3 muertes reportadas hasta el momento, según informaron medios internacionales el viernes (09.05.2025). Este nuevo brote surge después de que el país declarara oficialmente erradicada la enfermedad en 2003, gracias a los esfuerzos de vacunación.
El epicentro del brote se encuentra en una zona rural de Texas, donde vive una comunidad religiosa menonita, conocida por tener una baja tasa de vacunación. Esta situación recuerda al brote de 2019, que afectó principalmente a las comunidades judías ortodoxas de Nueva York y Nueva Jersey, y que llegó a superar los 1,200 casos sin causar muertes.
La vacuna contra el sarampión es obligatoria en Estados Unidos, pero los ciudadanos de varios estados, como Texas, el segundo más poblado, pueden solicitar una exención por motivos religiosos o de otro tipo. Lamentablemente, el uso de estas exenciones ha ido en aumento en los últimos años, especialmente desde la pandemia de COVID-19, debido a la creciente desconfianza en las autoridades sanitarias y las compañías farmacéuticas.
Consecuencias Devastadoras del Sarampión
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que causa fiebre, problemas respiratorios y erupciones cutáneas. En algunos casos, puede derivar en complicaciones más graves, como neumonía e inflamación del cerebro, que pueden provocar secuelas graves e incluso la muerte.
Según el especialista estadounidense en enfermedades infecciosas pediátricas Paul Offit, «la situación está fuera de control» y califica este brote como el peor en el país «en 30 años». Lamentablemente, la última muerte infantil por sarampión en Estados Unidos se remontaba a 2003, tres años después de que se declarara oficialmente erradicada la enfermedad.
Medidas Urgentes para Frenar el Brote
Ante esta preocupante situación, las autoridades sanitarias de Estados Unidos deben tomar medidas urgentes para contener el brote y evitar más muertes. Esto incluye reforzar las campañas de vacunación, especialmente en las comunidades más afectadas, y limitar las exenciones por motivos no médicos.
Además, es crucial que la población en general confíe en las recomendaciones de los expertos y se vacune para proteger a los más vulnerables, como los bebés y las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Solo así podremos erradicar definitivamente esta peligrosa enfermedad y evitar que se repitan tragedias como las vidas perdidas en este brote.