Finley, un joven británico de 14 años, se enfrenta a una lucha diaria por su salud y supervivencia. Desde los 4 años, su cuerpo no tolera los lípidos, carbohidratos y proteínas de los alimentos, lo que le ha impedido comer durante más de una década. Esta rara enfermedad digestiva ha obligado a Finley a someterse a más de 20 operaciones y a recibir un tratamiento semanal de infusión de lípidos directamente en su corazón.
El caso de Finley es tan inusual que los expertos médicos que lo atienden en el Great Ormond Street Hospital de Londres están considerando publicarlo en una revista científica. «Nunca habíamos visto un caso así. Recuerdo muchos días en los que Finley llegó al hospital muy mal», comenta el Dr. Manas Datta, pediatra consultor del Hospital Broomfield en Chelmsford, Essex, quien ha tratado a Finley desde su nacimiento.
Una Vida Limitada por una Enfermedad Desconocida
La condición de Finley, a la que él mismo se refiere como «Finley-itis», no tiene un nombre específico debido a lo poco común de su caso. Su sistema digestivo simplemente no tolera las grasas, aceites, carbohidratos y proteínas de los alimentos, lo que le ha obligado a recibir una infusión de lípidos directamente en su corazón a través de un portacath, un tubo que se inserta en su pecho.
Además de esta infusión semanal, que ha aumentado a dos veces por semana a medida que Finley ha crecido, el joven también recibe carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y electrolitos a través de un tubo en su estómago tres veces al día. «Tenemos que eludir completamente el tracto gastrointestinal», explica el Dr. Datta.
El Impacto Psicológico de una Vida sin Comida
Rhys, la madre de Finley, ha sido testigo del impacto psicológico que esta enfermedad ha tenido en su hijo. «A veces es desgarrador; la gente no ve lo que Finley pasa día a día. Ven al joven feliz y alegre, pero psicológicamente está pasando por mucho», comenta.
A pesar de ello, Finley ha aprendido a adaptarse a su situación. «Lo único que sé hacer es alimentarme, así que solo veo a otras personas comiendo y no me molesta», afirma el joven. Sin embargo, Rhys reconoce que llegar a este punto ha sido un proceso complejo y doloroso a lo largo de los años.
Buscando Nuevas Soluciones para Mejorar la Calidad de Vida de Finley
Actualmente, los médicos están analizando la posibilidad de que Finley pueda eventualmente realizar los tratamientos de infusión en casa, en lugar de viajar al hospital dos veces por semana. Además, no descartan que en el futuro Finley pueda llegar a tolerar ciertos tipos de grasas.
A pesar de los desafíos, Rhys mantiene una actitud positiva: «Si no, simplemente seguimos con nuestra ‘normalidad’ y partimos de ahí». El caso de Finley es un recordatorio de la resiliencia y fortaleza que pueden mostrar los jóvenes ante adversidades médicas extraordinarias.
Los expertos esperan que al publicar este caso en una revista científica, puedan aportar nuevas perspectivas y conocimientos que ayuden a mejorar la calidad de vida de Finley y de otros pacientes con condiciones similares.