Evo Morales, el expresidente de Bolivia, se ha proclamado nuevamente como candidato presidencial para las elecciones previstas para el 17 de agosto, a pesar de enfrentar una causa judicial en su contra. En una concentración realizada en la población de Entre Ríos, en la zona del Trópico de Cochabamba, Morales aseguró a sus seguidores que están convencidos de ganar los comicios y que la derecha no volverá.
El exmandatario, quien perdió el liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS) y renunció a su militancia, creó su propia agrupación política llamada ‘Evo Pueblo’ para postularse. Sin embargo, aún no ha revelado con qué partido político se inscribirá oficialmente, argumentando razones de seguridad.
La Fiscalía de Bolivia investiga a Morales por trata agravada de personas, acusándolo de haber tenido una relación con una menor de edad y de haber tenido un hijo con ella en 2016, cuando ejercía la Presidencia. En octubre se emitió una orden de captura en su contra, pero la Policía aún no la ha ejecutado.
Divisiones en el Oficialismo Boliviano
El oficialismo boliviano comenzó a dividirse tras la crisis política de 2019 que provocó la renuncia de Morales a la Presidencia y su exilio a México y Argentina. Después de que Morales perdiera el liderazgo del MAS, el partido quedó en manos del dirigente Grover García, afín al actual presidente, Luis Arce.
Arce y Morales comenzaron a distanciarse a finales de 2021 por diferencias en la candidatura presidencial del MAS y por las decisiones del Gobierno. Mientras tanto, algunos analistas y políticos consideran a Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado y cercano a Morales, como un virtual candidato presidencial, aunque él ha descartado esa posibilidad.
Estrategia Política de Morales
La decisión de Morales de postularse a pesar de las acusaciones en su contra ha generado debates y análisis sobre su estrategia política. Algunos expertos consideran que busca mantener su influencia y liderazgo en el movimiento político que él mismo fundó, mientras que otros creen que es una maniobra para evitar su posible encarcelamiento.
En cualquier caso, la proclamación de Morales como candidato presidencial en medio de la crisis política y judicial que enfrenta agrega un elemento de incertidumbre al panorama electoral boliviano, y plantea interrogantes sobre el futuro del país y la consolidación de su democracia.