Desgarradora Realidad de los Damnificados por el Incendio en Quilpué: Luchando Contra la Lluvia y el Frío en Carpas
La devastación causada por el incendio que azotó Quilpué el verano pasado sigue dejando una estela de sufrimiento y desesperación. Decenas de familias que perdieron sus hogares en aquel fatídico evento se encuentran viviendo en precarias carpas, expuestas a las inclemencias del clima, luchando por sobrevivir en medio de la lluvia y el frío.
Una de las afectadas, Erica Ortiz Santelices, relata con angustia su dramática situación: Me encuentro en una situación difícil, ya que fui afectada por el incendio, perdí mi casa y me encuentro viviendo en una carpa, con todas mis cosas aquí adentro, y no he recibido ayuda
. Erica, quien residía en la población Argentina, lleva dos meses en esta precaria situación, sin recibir apoyo del gobierno o las autoridades locales.
Luchando Contra las Inclemencias del Clima
Enfrentarse a las lluvias y las bajas temperaturas en una simple carpa se ha convertido en una lucha constante para estos damnificados. Erica explica cómo intenta combatir el frío: Me abrigo con frazadas y en la noche con un guatero para poder capear un poco el frío. Es lo único que se puede hacer, porque en la carpa no puedo instalar una estufa o algo así, porque se podría incendiar, y no me voy a arriesgar a eso
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La desesperación y la falta de soluciones se reflejan en las palabras de Erica: Llevo dos meses en esta situación y no se me ha escuchado. No he tenido ayuda de la alcaldesa, del gobierno, nada. Yo lo único que le pido al Gobierno es que me ayude a recuperar las cositas que tenía antes. Nadie me ha dado solución. Esta es mi segunda lluvia desde que entré a la carpa. ¿Cuántas más voy a tener que pasar?
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Un Llamado Desesperado por Ayuda
La angustia y la desesperación de Erica y otros damnificados por el incendio en Quilpué se han convertido en un grito desesperado por recibir la ayuda y el apoyo que tanto necesitan. Mientras las autoridades parecen estar ausentes, estas familias luchan por recuperar sus vidas y reconstruir sus hogares, enfrentando día a día las adversidades que les impone la naturaleza.
Es imperativo que las autoridades y el gobierno tomen medidas urgentes para brindar soluciones a estos damnificados, quienes merecen vivir con dignidad y seguridad después de haber sufrido una tragedia de tal magnitud. Estas familias no pueden seguir siendo olvidadas y deben recibir el apoyo y la asistencia que necesitan para superar esta difícil situación.