Casi un año después de la desaparición de su hijo Mario Cárdenas, María Herrera continúa su incansable búsqueda, aferrándose a cada pista y oportunidad que se le presenta. La angustia y la determinación se mezclan en su relato, mientras recorre ciudades y pueblos en un esfuerzo por encontrar a su ser querido.
En abril del año pasado, Mario escapó mientras era atendido en la urgencia del Hospital de Valdivia. Desde entonces, su paradero sigue siendo una incógnita. María Herrera ha encabezado numerosos operativos de búsqueda, con la ayuda de las policías y organizaciones especializadas, pero también ha recorrido el camino sola, sin descanso.
Pistas Prometedoras y Revisión de Cámaras
Hace unos meses, María Herrera recibió un aviso a través de las redes sociales sobre un joven que se parecía a su hijo, visto en la región de Coquimbo. Viajó hasta allí, pero lamentablemente no obtuvo resultados positivos. Recientemente, durante un viaje en autobús de Talca a Valdivia, la madre de Mario vio a un joven en Chillán que tenía características similares a las de su hijo, incluyendo un gesto muy particular.
Motivada por esta nueva pista, María Herrera regresó a Chillán para buscar a esa persona, pero no tuvo éxito. Sin embargo, le informaron que en el lugar donde vio al joven existen cámaras de seguridad, por lo que solicitó a la policía que las revisen. Lamentablemente, a pesar de que ha transcurrido una semana, aún no se ha concretado esta revisión.
Lucha Incansable y Apoyo de la Comunidad
Durante este año de angustia, María Herrera ha recorrido diferentes ciudades y pueblos de las regiones del Maule, Ñuble y Bío Bío, en busca de pistas que la acerquen a su hijo. Su determinación y fortaleza han sido admiradas por la comunidad, que se ha unido a su causa.
No dejaré de buscar a mi hijo
, afirma María Herrera, quien prepara una manifestación para evitar que el caso de Mario Cárdenas quede en el olvido. Su historia conmueve y motiva a no rendirse ante la adversidad, a aferrarse a la esperanza y a luchar incansablemente por recuperar a un ser querido.
La búsqueda de Mario Cárdenas continúa abierta, y el tiempo pasa lentamente para una madre que se niega a perder la fe. Su determinación y el apoyo de la comunidad son un recordatorio de que la esperanza y la perseverancia pueden ser poderosas herramientas en los momentos más oscuros.
