Ministro Carlos Aldana, quien se desempeñó como juez en casos de lesa humanidad durante 41 años, comparte su experiencia y reflexiones sobre la labor de la justicia en la investigación de las violaciones de derechos humanos ocurridas entre 1973 y 1990 en Chile.
Legado de Justicia y Verdad
Aldana, quien se retiró recientemente de su cargo, expresa sentimientos encontrados al dejar atrás su labor de décadas en el Poder Judicial. Si bien reconoce que su plazo de servicio público ha llegado a su fin, siente la satisfacción de haber cumplido con su deber y haber hecho todo lo posible para esclarecer los crímenes más emblemáticos de la dictadura, como la Matanza de Laja San Rosendo, los crímenes de la Operación Alfa Carbón y los asesinatos y desapariciones de Santa Bárbara y Mulchén.
Impacto de los Fallos
Aldana considera que el mayor impacto de sus fallos ha sido para las víctimas y sus familias, quienes han visto cómo se ha hecho justicia y se ha condenado a los responsables, incluyendo a las altas esferas del régimen militar. Reconoce que tanto víctimas como victimarios han tenido reacciones encontradas, pero afirma que el Poder Judicial ha cumplido con su deber de aplicar la ley de manera imparcial.
Violaciones Sistemáticas de Derechos Humanos
Según las sentencias dictadas, Aldana afirma que las violaciones de derechos humanos durante la dictadura fueron una forma sistemática de frenar cualquier rebelión o acto que pudiera alterar la instalación del nuevo régimen. Las condenas se enfocaron en las altas jefaturas, mientras que los miembros de tropa fueron absueltos o recibieron penas menores, en función de su grado de responsabilidad.
Obstáculos y Desafíos
Aldana reconoce que si bien hubo investigaciones exhaustivas por parte de los jueces de la época, muchos de los casos fueron derivados a la Justicia Militar, donde fueron sobreseídos. Esto dificultó el avance de las investigaciones y la obtención de justicia. Además, la desaparición y ocultamiento de restos de detenidos desaparecidos representó un gran desafío, aunque en algunos casos se logró obtener información de colaboradores que recibieron rebajas de condena.
Legado y Lecciones Aprendidas
A pesar de los obstáculos, Aldana se retira con la convicción de que se aplicaron las sanciones adecuadas y convenientes para los graves crímenes cometidos durante la dictadura. Su labor, junto a la de otros jueces, ha dejado un legado de justicia y verdad que servirá de guía para futuras generaciones en la defensa de los derechos humanos.