En una ceremonia histórica, Rodrigo Paz Pereira asumió este sábado como el nuevo presidente de Bolivia, dando inicio a un nuevo ciclo político y económico en el país sudamericano después de 20 años de gobierno de la izquierda.
Ante una audiencia de dignatarios internacionales, Paz Pereira, nacido en Santiago de Compostela en 1967 por el exilio de sus padres, juró el cargo con la frase «Dios, patria y familia. Sí, juro», acompañado de su vicepresidente, el expolicía Edmand Lara.
Promesas de Cambio y Apertura
El nuevo mandatario boliviano llega al poder en un contexto de crisis marcado por la falta de dólares y combustibles, así como el encarecimiento de alimentos y servicios. Sin embargo, Paz Pereira ha prometido aplicar un «capitalismo para todos«, con medidas como créditos baratos para emprendedores, rebajas de impuestos y aranceles, y el fin de lo que él llama el «Estado tranca».
Además, el presidente se ha comprometido a «abrir Bolivia al mundo«, salvo a aquellos países «que no tienen democracia», como Venezuela, Cuba y Nicaragua, que no estuvieron representados en la ceremonia de investidura.
Fin de una Era y Nuevos Desafíos
La llegada de Paz Pereira al Gobierno boliviano supone el fin de 20 años de dominio del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), con las administraciones de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025), ambos ausentes en la ceremonia.
Ahora, Paz Pereira y su equipo enfrentan el reto de impulsar reformas económicas y de apertura, mientras abordan los desafíos urgentes de la crisis actual. Su éxito o fracaso marcará el rumbo de Bolivia en los próximos años.
