Según el director general de Nvidia, Jensen Huang, China está en camino de ganar la carrera por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). En un foro del diario británico Financial Times, Huang afirmó que China tiene una ventaja clave: menores costos de energía y una regulación más laxa en comparación con Occidente.
Huang señaló que mientras Estados Unidos se ve «frenado por el cinismo», China adopta un enfoque más optimista y proactivo hacia los avances tecnológicos. De hecho, Huang advirtió que las nuevas normas sobre IA en EE. UU. podrían resultar en «50 nuevas regulaciones», lo que contrasta con los subsidios energéticos que, según él, abaratan el uso de alternativas chinas a los chips de Nvidia.
Implicaciones Geopolíticas
La ventaja de China en la carrera de la IA tiene importantes implicaciones geopolíticas. Huang señaló que cualquier versión de los chips Blackwell de Nvidia -que ofrecen capacidades de IA de alto rendimiento- que se venda a empresas chinas ha generado críticas en Washington. Los sectores más críticos con Pekín temen que esta tecnología potencie enormemente las capacidades militares chinas y acelere su desarrollo en el campo de la inteligencia artificial.
Nvidia Obtiene Licencia para Vender a Emiratos Árabes Unidos
A pesar de las restricciones impuestas por el presidente Trump, Nvidia anunció esta semana que ha obtenido una licencia de exportación de chips a Emiratos Árabes Unidos. Según la empresa, esta es la primera vez que una compañía bajo la Administración Trump obtiene este tipo de permiso, en un momento en que Washington busca estrechar lazos con Abu Dabi para contrarrestar la influencia de China en el sector de la IA en Oriente Medio.
Carrera Global por la Supremacía Tecnológica
La carrera entre China y Estados Unidos por el liderazgo en inteligencia artificial se perfila como un nuevo frente de la rivalidad geopolítica entre las dos superpotencias. Mientras Pekín parece tener ventajas en cuanto a costos y regulación, Washington intenta mantener su ventaja tecnológica mediante restricciones a la transferencia de conocimientos y componentes clave. El futuro de la IA se perfila como un campo de batalla crucial en la competición por la supremacía global.