En un esfuerzo por combatir la creciente violencia de las pandillas, el Gobierno sueco ha anunciado una controvertida reforma que reducirá la edad de responsabilidad penal a los 13 años. Esta medida, que entra en vigor el próximo verano, permitirá procesar a menores de entre 13 y 14 años y enviarlos a unidades penitenciarias juveniles especialmente diseñadas.
Según el Ministerio de Justicia, la reforma tiene como objetivo cerrar una «laguna jurídica» que las pandillas han estado aprovechando al reclutar a niños menores de 15 años, quienes actualmente no pueden ser procesados penalmente. La Policía sueca ha informado que las redes criminales están utilizando cada vez más a menores para llevar a cabo tiroteos y transportar armas, ya que estos no pueden ser encarcelados.
Diferencias con el Resto de Europa
La edad mínima de responsabilidad penal varía considerablemente en Europa, desde los 10 años en Irlanda hasta los 16 años en Portugal y Luxemburgo. A pesar de estas diferencias, todos los países de la Unión Europea cuentan con sistemas de justicia juvenil independientes, donde el enfoque se centra más en la educación y la rehabilitación que en el castigo.
Sin embargo, esta línea entre protección y enjuiciamiento de menores se ha ido desdibujando a medida que los debates políticos en torno a la delincuencia juvenil se han endurecido. Países con límites de edad más altos, como Finlandia o Portugal, se han centrado tradicionalmente en la reintegración social, mientras que en otros, como Suecia y Alemania, la creciente preocupación por la participación de jóvenes en delitos violentos ha alimentado los llamamientos a endurecer las normas.
Preocupaciones sobre la Eficacia y la Ética
Expertos jurídicos, organizaciones de defensa de los derechos del niño y trabajadores sociales advierten que rebajar el umbral de edad de responsabilidad penal no disuadirá la delincuencia y podría socavar los esfuerzos de rehabilitación. Argumentan que encarcelar a menores de 13 años puede tener efectos perjudiciales a largo plazo en su desarrollo y reinserción social.
La reforma sueca plantea importantes cuestiones éticas sobre el equilibrio entre la protección y la responsabilidad de los menores. Si bien el Gobierno afirma que la medida es necesaria para abordar un problema apremiante, algunos expertos temen que pueda tener consecuencias no deseadas y poner en riesgo el bienestar de los jóvenes más vulnerables.
A medida que Suecia implementa esta polémica reforma, la comunidad internacional observará de cerca si la reducción de la edad de responsabilidad penal logra los objetivos deseados o si, por el contrario, termina socavando los principios fundamentales de la justicia juvenil.
