La ciudad de El Fasher, en la región de Darfur Norte de Sudán, ha sido escenario de una brutal masacre perpetrada por las fuerzas paramilitares conocidas como Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Según denuncias de la Misión de Investigación de la ONU en Sudán, tras la toma de la ciudad por parte de las FAR, se han reportado niveles de violencia sin precedentes, con ejecuciones sumarias de civiles desarmados, violencia sexual generalizada, saqueos y destrucción de infraestructura vital.
De acuerdo a informes, en apenas 48 horas, los ataques de las FAR habrían dejado más de 2.000 civiles muertos, según grupos armados aliados del Ejército sudanés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también denunció que más de 460 pacientes y acompañantes fueron asesinados en un brutal ataque contra el Hospital Materno Saudí de El Fasher.
Una ciudad en llamas y millones enfrentando la hambruna
El Fasher era el último gran bastión que conservaba el ejército sudanés en la región de Darfur. Su caída, tras un año y medio de asedio, se traduce en un punto de no retorno «crítico» en la guerra civil que azota a Sudán desde abril de 2023. Según la Misión de Investigación de la ONU, «El Fasher arde, millones se enfrentan a la hambruna, y el mundo tiene que elegir entre el silencio o la solidaridad».
Violaciones masivas de derechos humanos
Las violaciones de los derechos humanos en El Fasher son solo «una parte» de los abusos generalizados en toda la nación africana debido al conflicto, según detallan agencias internacionales como EFE. Amnistía Internacional ha documentado crímenes de guerra cometidos por las RSF y milicias árabes aliadas, incluyendo ataques por motivos étnicos contra la comunidad masalit y otras comunidades no árabes en Darfur Occidental.
El papa León XIV ha pedido a la comunidad internacional que intervenga «con generosidad» ante la situación de «sufrimiento inaceptable» que azota a Sudán, condenando la «violencia indiscriminada contra mujeres y niños» y los «graves obstáculos a la acción humanitaria».
Expertos y organizaciones internacionales exigen que las RSF pongan fin de inmediato a los ataques contra civiles e infraestructuras civiles, y que se garantice un acceso seguro a la ayuda humanitaria. Además, recalcan que todos los responsables de estas atrocidades deben rendir cuentas individualmente.
