En una exhibición de poder y precisión, el italiano Jannik Sinner se impuso de manera contundente al canadiense Felix Auger-Aliassime en la final del Masters 1000 de París, por un marcador de 6-4 y 7-6(4). Con este triunfo, Sinner no solo levantó su quinto título del año y el número 23 de su carrera, sino que también recuperó el codiciado número 1 del ranking ATP, arrebatándoselo al español Carlos Alcaraz.
Sinner, que llegaba a la final con una impresionante racha de 26 victorias consecutivas en canchas cubiertas, demostró una vez más su dominio en este tipo de superficies. Desde el inicio, el joven italiano tomó el control del partido, rompiendo el servicio de Auger-Aliassime en el arranque y manteniendo una sólida ventaja hasta cerrar el primer set.
En el segundo parcial, Auger-Aliassime intentó reaccionar y plantar cara a su rival, llevando el set a un desempate. Sin embargo, Sinner mantuvo la calma y la solidez en sus golpes para imponerse también en el tie-break y alzarse con el título. «Es un sueño hecho realidad volver a ser número 1 del mundo», declaró un emocionado Sinner tras el partido.
Con este triunfo, Sinner se convierte en el sexto jugador activo en ganar al menos cinco Masters 1000, uniéndose a un selecto grupo que incluye a Novak Djokovic, Alcaraz, Alexander Zverev y Daniil Medvedev. Además, el joven italiano demuestra que su dominio en canchas rápidas es innegable, superando incluso al propio Auger-Aliassime, quien había sido uno de los tenistas más exitosos en este tipo de superficies esta temporada.
Con este triunfo, Sinner recupera el trono mundial que había cedido a Alcaraz hace unos meses. Sin embargo, la lucha por el número 1 está lejos de terminar, ya que el español tendrá la oportunidad de recuperar el liderato en el próximo Torneo de Maestros de Turín, donde Sinner defenderá su título.
La victoria de Sinner en París no solo reafirma su condición de estrella emergente del tenis, sino que también lo posiciona como uno de los principales favoritos para cerrar la temporada como número 1 del mundo. Su dominio en canchas rápidas, sumado a su capacidad de mantener la calma en los momentos decisivos, lo convierten en un rival temible para cualquiera que aspire a destronarle.
