El consumo audiovisual en Chile ha experimentado un cambio radical en los últimos años. Según cifras del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), el 69% de los chilenos declara utilizar al menos una plataforma de streaming, con un gasto promedio mensual de $22.809. Servicios como Netflix, YouTube y Disney+ concentran las mayores preferencias, mientras que Spotify domina el ámbito musical con un 64,4% de usuarios.
Este fenómeno está modificando las rutinas de ocio de los chilenos. El 39,8% de los encuestados dice asistir menos al cine desde que utiliza servicios de streaming, principalmente por razones de comodidad (53,4%) y costo (53,4%). Además, más de la mitad de los chilenos (53,4%) ya no cuenta con el servicio de televisión de pago, y un 67,3% de quienes aún lo conservan planea cancelarlo en los próximos meses.
Modelos de Negocio Divergentes
Sin embargo, no todas las plataformas de streaming operan de la misma manera. Héctor Premuda, docente e investigador de EAE Business School, explica que «cuando hablamos de streaming, tendemos a englobar bajo la misma etiqueta servicios muy distintos. YouTube y Twitch no funcionan igual que Netflix o Disney+. Las primeras se sustentan en la publicidad y la interacción en tiempo real, mientras que las segundas dependen de retener mes a mes a sus suscriptores. Eso cambia completamente la lógica de valor para el usuario».
En los servicios de suscripción, la clave está en la fidelización, es decir, la capacidad de mantener abonados activos y reducir las cancelaciones. Métricas como la tasa de cancelación (churn) o las horas de visionado son hoy indicadores esenciales de éxito. Por otro lado, para las plataformas gratuitas, las medidas están en su capacidad para generar atención y participación constante, a través del tiempo de conexión, los «likes» o la interacción en chats en vivo.
Impacto Cultural y Económico
La consolidación del streaming en Chile no solo reconfigura el gasto doméstico, sino también el imaginario cultural. Los millennials y la generación Z lideran el consumo audiovisual y trasladan esa pasión a otros ámbitos, desde seguir a creadores en directo hasta visitar lugares que han visto en sus series favoritas.
Según Premuda, este fenómeno convierte al streaming en un motor económico de doble vía que impulsa el ocio dentro del hogar, además del turismo y el consumo cultural. Además, la inteligencia artificial está redefiniendo la experiencia, personalizando portadas, recomendaciones y adaptando contenidos para retener al público.
El Futuro Híbrido del Streaming
A medida que las plataformas multiplican sus modelos de negocio, se impone la tendencia de que los consumidores combinen servicios pagos y gratuitos según sus hábitos y presupuesto. «El futuro del streaming será híbrido», proyecta el experto de EAE Business School. «Quienes prioricen la calidad seguirán pagando por experiencias sin publicidad, y quienes busquen ahorro preferirán opciones gratuitas con anuncios. El verdadero desafío para las plataformas será mantener el equilibrio entre precio, contenido y flexibilidad, y para los usuarios, decidir en qué invertir su tiempo y su atención».