La tasa global de fecundidad en América Latina y el Caribe ha alcanzado su nivel más bajo en la historia, cayendo a 1,8 hijos por mujer en 2024, según un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esta transformación demográfica sin precedentes está siendo impulsada por una combinación de factores interrelacionados que han modificado las preferencias reproductivas en la región.
Educación, Trabajo y Acceso a Anticonceptivos
Tres de cada cuatro países de la región se encuentran actualmente por debajo del umbral de reemplazo poblacional de 2,1 hijos por mujer, un proceso acelerado por la mayor educación y participación laboral femenina, así como el acceso masivo a métodos anticonceptivos modernos. La edad media de la fecundidad ha disminuido de 29 años en 1950 a 27,6 años en 2024, reflejando el aplazamiento de la maternidad.
Reducción del Embarazo Adolescente
Otro factor clave ha sido la marcada disminución del embarazo adolescente, que cayó un 38,8% en la última década. Los mayores avances se registraron en países como Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Uruguay, donde se han implementado políticas efectivas para prevenir y abordar este fenómeno.
Desigualdades Persistentes
Sin embargo, el informe también revela que existen brechas en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, así como en la conciliación entre la vida productiva y reproductiva. En los quintiles de menores ingresos, la fecundidad observada supera al número ideal de hijos que las mujeres declaran desear, mientras que en los de mayores ingresos está por debajo de este.
Implicaciones y Retos Futuros
La caída de la fecundidad en Latinoamérica y el Caribe representa una transformación demográfica de gran alcance, con implicaciones en ámbitos como la seguridad social, el mercado laboral y la provisión de servicios públicos. Los países de la región deberán adaptarse a esta nueva realidad y abordar los desafíos que plantea, como garantizar la igualdad de oportunidades y el ejercicio pleno de los derechos reproductivos.
A medida que la población envejece y las tasas de natalidad disminuyen, la región se enfrenta a una transición demográfica sin precedentes, que requerirá políticas innovadoras y un enfoque integral para asegurar el bienestar y el desarrollo sostenible de sus sociedades.
