En un escándalo que ha sacudido los pasillos del Congreso peruano, la congresista Lucinda Vásquez y varios de sus asesores se encuentran inmersos en presuntos actos irregulares que han generado una gran polémica.
Según reveló el diario local Cuarto Poder, el asesor y sobrino nieto de la legisladora, Edwar Rengifo Pezo, fue captado en una fotografía de noviembre del año pasado cortándole las uñas de los pies a Vásquez en la oficina congresal. En la imagen, Rengifo aparece con su carné laboral, sosteniendo el pie izquierdo de la parlamentaria mientras esta habla por teléfono.
Asesores realizando tareas personales
Pero este no sería el único caso de irregularidades en el despacho de Lucinda Vásquez. El mismo medio reveló que Willer Sajami y Luis Llaguento, asesor y asistente de la congresista, respectivamente, fueron captados preparando la comida de la legisladora en horario laboral.
En una fotografía del 19 de enero de 2023, a las 9:03 am, se ve a Sajami, un economista de profesión, preparando el desayuno de Vásquez en su propia casa. Además, en otra imagen, Llaguento Heredia aparece lavando ollas y cortando plátanos en lo que sería la cocina del despacho congresal.
Contratación de familiares y desvío de sueldos
Cabe destacar que, en mayo pasado, Lucinda Vásquez también fue cuestionada por presuntamente contratar a familiares suyos en su despacho legislativo. Según el dominical Cuarto Poder, se trataría de al menos tres sobrinos de la parlamentaria, cuyos sueldos oscilan entre 3,146 y 7,200 soles.
Además, el exasesor principal del despacho de Vásquez, Walter Tello, denunció que tanto él como otros trabajadores fueron obligados a entregar parte de sus sueldos a la congresista «en diferentes modalidades», como préstamos con supuesta promesa de devolución que nunca se concretaron.
Llamado a la Comisión de Ética
Ante estos hechos, el presidente del Congreso, Fernando Rospigliosi, ha manifestado su esperanza de que la Comisión de Ética tome «todas las medidas del caso para sancionar a la legisladora Lucinda Vásquez», calificando estas acciones como «una humillación para los trabajadores del Parlamento».
Este escándalo ha puesto en tela de juicio la integridad y el profesionalismo de la congresista Vásquez, generando un fuerte cuestionamiento sobre el manejo de su despacho y la utilización de recursos públicos para fines personales.
