Bjorn Andrésen, quien fuera considerado el hombre más hermoso del mundo en la década de los 70, ha fallecido a los 71 años. Su historia es una trágica muestra de cómo la belleza y la fama pueden convertirse en una maldición.
Andrésen obtuvo reconocimiento mundial en 1971 cuando, a la edad de 15 años, interpretó el papel de Tadzio en la película Muerte en Venecia del director Luchino Visconti. Su rostro angelical y su porte elegante lo convirtieron instantáneamente en un ícono de la época, siendo aclamado como «el hombre más bello del mundo».
La Belleza como Prisión
Sin embargo, Andrésen nunca se sintió cómodo con este título. En el documental El chico más bello del mundo (2021), el actor relató cómo la película lo afectó profundamente a nivel personal. «Me sentí como un animal exótico en una jaula. Nunca he visto tantos fascistas y estúpidos como en el cine y el teatro. Luchino era el tipo de depredador cultural que sacrificaría cualquier cosa y a cualquier persona por su trabajo», confesó.
Visconti lo llevó a realizar actividades que Andrésen detestaba, como asistir a clubes gay en Italia o someterse a pruebas de cámara donde lo desnudaban. «Nunca me sentí bien con el apelativo de ‘hombre hermoso’. Fue muy solitario todo», admitió el actor.
El Declive de una Carrera Meteórica
Tras el éxito de Muerte en Venecia, Andrésen inició una gira internacional que lo llevó por varios países de Europa y Asia, protagonizando campañas publicitarias. Sin embargo, nunca logró replicar el éxito de su papel más icónico. «Mi carrera es una de las pocas que empezó en la cima y luego fue descendiendo», lamentó.
Los últimos años de su vida, Andrésen los pasó viviendo en soledad en un departamento de Estocolmo, luchando contra una fuerte depresión. Su belleza, que en un momento lo convirtió en una estrella, terminó por destruir su vida.
