La reciente columna de Mitch Schneider, que celebra las «victorias militares» de Israel y minimiza la importancia de la «guerra comunicacional», revela una visión profundamente degradada dentro de la colectividad judía. Esta publicación condensa el espíritu que hoy domina gran parte de esa comunidad: el orgullo de la fuerza y el desprecio por la opinión del mundo.
Si bien es cierto que Israel ha ganado batallas militares, está perdiendo la guerra en el único terreno que garantiza la supervivencia de un Estado: el de la legitimidad. Ha perdido el apoyo del mundo, ha destruido su credibilidad como «Estado judío» y está comenzando a perder incluso el respaldo del mundo evangélico en Estados Unidos, que hasta ahora había sido su principal sostén.
La Pérdida de la Legitimidad Global
El autor de la columna cree que puede compensar el aislamiento global con «victorias» militares que, además de ser discutibles, están construidas sobre una montaña de cadáveres civiles. Celebra la «derrota del eje de resistencia», pero ignora que lo que realmente está destruyendo a Israel es su propia humanidad, su futuro y su lugar en el mundo.
Desde una perspectiva estratégica, esta visión es profundamente miope. Ningún Estado puede sobrevivir mucho tiempo cuando pierde su ethos, su esencia moral. Israel podrá ganar batallas, pero está perdiendo algo mucho más fundamental: la legitimidad que le otorga el respaldo del mundo.
El Costo Moral y Político de la Violencia
Es triste ver cómo personas que, en apariencia, son decentes, pueden lamentarse de haber perdido una «guerra comunicacional» sin cuestionarse en absoluto la muerte de decenas de miles de civiles, en su mayoría mujeres y niños. ¿A qué nivel de degradación moral se puede llegar?
Schneider cree que ganó porque sus hijos duermen «a salvo», sin entender que ningún pueblo puede dormir en paz sobre las ruinas de otro. Israel podrá ganar batallas, pero está perdiendo su propia humanidad, y eso es algo que no puede compensar con ninguna victoria militar.
Conclusión: La Supervivencia de Israel en Juego
La pérdida de la legitimidad global es un desafío existencial para Israel. Sin el respaldo moral del mundo, su supervivencia a largo plazo está en juego. Mientras se enorgullezca de su fuerza y desprecie la opinión internacional, Israel se aleja cada vez más de la senda que le garantizaría un futuro seguro y próspero.
