
Perú se encuentra sumido en una profunda crisis política y social que parece no tener fin. Tras la abrupta destitución de la presidenta Dina Boluarte por parte del Congreso, el país ha entrado en una espiral de inestabilidad que ha desembocado en violentas protestas y el trágico fallecimiento de un manifestante a manos de la policía.
Cinco acontecimientos clave han marcado el desarrollo de esta nueva fase de crisis en Perú:
1. La Destitución de Dina Boluarte
La destitución de Dina Boluarte por parte del Congreso peruano abrió una nueva etapa de inestabilidad en el país. Boluarte perdió el respaldo político en medio de una ola de violencia criminal que puso en cuestión su manejo de la seguridad. Según datos de Ipsos, su desaprobación llegó al 96%.
2. La Llegada de José Jerí a la Presidencia
Tras la salida de Boluarte, el Congreso designó por sucesión constitucional a José Jerí, entonces titular de la Mesa Directiva parlamentaria, como nuevo presidente interino de Perú. Jerí, un político ajeno al respaldo popular directo, asumió en un contexto de rechazo masivo a la clase política.
3. Un Cuestionado Gabinete Ministerial
La formación del gabinete ministerial de Jerí ha sido otra clave de la crisis. El gabinete está compuesto por figuras sometidas a investigaciones penales y críticas públicas, como el expresidente del TC Ernesto Álvarez Miranda, con antecedentes por violencia sexual, y Denisse Miralles, ministra de Economía, acusada de favorecer empresas fachada.
4. La Violenta Protesta del 15 de Octubre
La llegada de este cuestionado gabinete no alivió la tensión social. El 15 de octubre, una protesta masiva recorrió el centro de Lima, convocada por sindicalistas, estudiantes y colectivos como Generación Z, quienes denunciaban un «pacto corrupto» que hizo posible la elección de Jerí. Fue en este contexto que se produjo la trágica muerte del rapero Eduardo Ruiz Sanz, asesinado por un agente de la policía.
5. La Espiral de Violencia e Inseguridad
La violencia policial y el auge de la criminalidad han erosionado la confianza ciudadana en el Estado. El Perú vive un incremento constante de homicidios y extorsiones, con 161 asesinatos más en el primer semestre de 2025 que en el mismo periodo anterior. Esto ha llevado al Gobierno a decretar el estado de emergencia y la militarización de zonas sensibles, sin lograr reducir la violencia.
Mientras tanto, la crisis económica y política se profundiza, con una nueva campaña electoral que no genera entusiasmo en la población. La ciudadanía no concede tregua a la desconfianza generalizada hacia la élite política ni a las condiciones de inseguridad que azotan al país.