En un nuevo desarrollo en el conflicto entre Israel y Gaza, el grupo islamista Hamás ha anunciado que esta noche entregará a la Cruz Roja el cadáver de otro rehén israelí. Este es el décimo cuerpo que Hamás libera como parte del acuerdo «Tormenta de Al Aqsa» para la liberación de prisioneros.
Según el comunicado de Hamás, las Brigadas Al Qasam, el brazo armado del grupo, realizarán la entrega del cuerpo a las 23:00 hora de Gaza. Sin embargo, la identidad del rehén aún no ha sido revelada y deberá ser confirmada en el Centro de Medicina Forense Abu Kabir de Yafa, al sur de Tel Aviv.
Pero esta entrega de cadáveres ha puesto de manifiesto una preocupante doble moral en el trato a los muertos durante el conflicto. El Servicio de Defensa Civil de Gaza ha denunciado que mientras se permite la entrada de maquinaria pesada para extraer los cuerpos de los rehenes israelíes, no ocurre lo mismo con los casi 10.000 cadáveres de palestinos que yacen bajo los escombros de la Franja.
Una lucha desigual por la recuperación de los muertos
Según la organización, «aquí en Gaza, la humanidad está dividida por la identidad, el dolor se mide con reseros políticos, y los muertos quedan esperando a una justicia que nunca llega». Esta denuncia pone de relieve la profunda asimetría en el trato a las víctimas del conflicto, donde la recuperación de los cuerpos de israelíes parece ser una prioridad, mientras que los palestinos muertos son relegados al olvido.
Hasta ahora, Hamás ha entregado nueve cadáveres de rehenes, y el que se entregará esta noche será el décimo. Sin embargo, aún quedan 19 cuerpos de rehenes israelíes sin localizar, algo de lo que ya están al tanto las autoridades israelíes. Por ello, en las negociaciones del acuerdo de alto el fuego se estableció que una fuerza internacional trabaje en Gaza para contribuir a la búsqueda de estos cuerpos no localizados.
La necesidad de un trato justo y digno a todas las víctimas
Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de que el proceso de recuperación de los cuerpos se lleve a cabo de manera justa y equitativa, sin distinción de identidad o nacionalidad. Todos los muertos merecen ser tratados con la misma dignidad y respeto, independientemente de su procedencia. Solo así se podrá avanzar hacia una reconciliación verdadera y duradera en la región.
La entrega de este nuevo cadáver de rehén israelí por parte de Hamás es un paso en esa dirección, pero aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar que todos los fallecidos en el conflicto reciban el mismo trato y puedan descansar en paz.
