En una batalla legal que se extendió por más de dos años, la actriz chilena Mane Swett ha sufrido una amarga derrota en su lucha por recuperar la custodia de su hijo Santiago. Después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazara su solicitud de revisión, Swett se ha quedado sin opciones legales para recuperar a su hijo, quien se encuentra viviendo con su padre, John Bowe, en Nueva York.
El calvario de Swett comenzó en la Navidad de 2022, cuando su hijo dejó Chile para pasar las fiestas con su padre, pero nunca regresó. Desde entonces, la actriz ha manifestado su profundo pesar a través de las redes sociales, lamentando la distancia que la separa de su hijo.
Batalla Legal Infructuosa
En un intento desesperado por recuperar la custodia de Santiago, Swett interpuso una petición de restitución del menor ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York bajo la Convención de La Haya. Sin embargo, el juez Paul A. Engelmayer determinó que el niño estaba bien establecido en Nueva York y que su preferencia era permanecer con su padre.
Swett no se rindió y apeló la decisión, pero en octubre de 2024, la corte neoyorquina confirmó la resolución de primera instancia. Fue entonces cuando la actriz habló públicamente del caso, denunciando que su hijo había sido «secuestrado» en Estados Unidos.
Finalmente, en marzo de 2025, Swett presentó una petición de revisión del caso ante la Corte Suprema de Estados Unidos, pero esta también fue rechazada, agotando todas las instancias legales a su alcance.
Acuerdo Limitado
Aunque Swett no pudo recuperar la custodia de su hijo, logró llegar a un acuerdo con John Bowe que le permite visitar a Santiago en Estados Unidos y comunicarse con él por teléfono. Sin embargo, las reuniones entre madre e hijo deben llevarse a cabo en territorio estadounidense, según lo estipulado.
Esta amarga derrota legal ha sido un duro golpe para Mane Swett, quien ha expresado su profundo dolor a través de las redes sociales. Su lucha por recuperar a su hijo se ha convertido en una batalla que ha dejado secuelas emocionales y económicas, pero que, por ahora, no ha tenido el desenlace que ella esperaba.
