En la región del Bío Bío, el Gobierno Regional ha demostrado tener prioridades claras, pero lamentablemente no son las que más benefician a la comunidad. Mientras que el Mundial de Rally se ha organizado con eficacia y celeridad, más de 2.200 organizaciones sociales han visto cómo se les posterga una y otra vez la evaluación y el pago de sus proyectos, que buscan mejorar la calidad de vida de miles de vecinos a través de iniciativas sociales, culturales, deportivas y de seguridad.
Durante 2024, bajo la gestión de Rodrigo Díaz, el proceso de subvenciones a las organizaciones sociales quedó relegado al trasfondo institucional, mientras se cumplían con rapidez los compromisos financieros del Rally. Así, los proyectos comunitarios fueron desplazados por un evento internacional que, si bien otorga visibilidad mediática a la región, no sustituye el impacto cotidiano que generan las organizaciones locales.
Promesas Incumplidas y Pérdida de Credibilidad
Con la llegada de Sergio Giacaman al cargo de gobernador en 2025, surgió la esperanza de un cambio. El propio gobernador anunció públicamente el compromiso de pagar los proyectos pendientes del 2023 y de evaluar las iniciativas de 2024. El Consejo Regional también asumió un rol activo, comprometiéndose a que en los meses de julio y agosto estarían listos los convenios y los respectivos pagos. Pero esas promesas se esfumaron en el calendario y, ya en septiembre, la historia volvió a repetirse: el Rally se realizó sin contratiempos, mientras las más de 2.200 organizaciones sociales siguen esperando respuestas.
La ciudadanía percibe en este proceder una falta de coherencia y de transparencia en la gestión del Gobierno Regional. Lo que se prometió como un cambio en las prioridades, pasar del espectáculo a lo social, de lo mediático a lo comunitario, terminó siendo un segundo capítulo de la misma novela.
Un Dilema Grave para el Bío Bío
Hoy, el Bío Bío se encuentra ante un dilema grave: una administración regional que corre con eficacia para organizar un mundial de Rally, pero que tropieza reiteradamente al momento de cumplir con las obligaciones más elementales hacia sus organizaciones sociales. Esta contradicción evidencia una falta de prioridades claras hacia la comunidad, lo que genera una grave crisis de credibilidad institucional.
Es imperativo que el Gobierno Regional del Bío Bío redefina sus prioridades y demuestre un verdadero compromiso con el bienestar de las organizaciones sociales y, en consecuencia, de toda la comunidad. Solo así podrá recuperar la confianza de los ciudadanos y cumplir con su deber de servir a los intereses de la región.
