En un acto desesperado, Marco Antonio Solís Castro, un hombre de 55 años, tomó de rehén a una trabajadora de la AFP Provida en Las Condes, el 11 de noviembre de 2024. Diez meses después, Solís ha confesado que en realidad buscaba su propia muerte ese día.
La búsqueda de un final
Solís, viudo desde hace más de seis años, acudió a la sucursal de AFP Provida con la intención de recibir un pago único de $1 millón, en lugar de los $5 mil mensuales durante 14 años que le ofrecían. Pero cuando le negaron su solicitud, Solís colapsó emocionalmente y decidió tomar a una ejecutiva como rehén, con la esperanza de que los carabineros le dispararan y acabaran con su vida.
Un diálogo desesperado
Durante el tenso operativo policial, Solís mantuvo un diálogo con el suboficial John Neira, de la 17° Comisaría de Las Condes. En varias ocasiones, Solís le suplicó a Neira que le disparara: «Pedía yo un tiro en la cabeza. Le pedí por favor. Lo pedí a garabatos. Lo pedí llorando. De todas las maneras, se los pedí».
La rendición y las consecuencias
Finalmente, Solís se rindió y fue detenido. Enfrentó un juicio de 12 días, donde expresó un «profundo arrepentimiento» y fue sentenciado a cuatro años de presidio menor, sustituidos por libertad vigilada intensiva. Ahora, bajo un plan de intervención de Gendarmería, Solís busca reencontrarse con su familia y reconstruir su vida, consciente de que «no puede caer en depresión otra vez».