En un giro inesperado, la actriz María José Prieto ha respondido enérgicamente a los comentarios de su colega Claudia di Girolamo sobre el caso de Cristian Campos, ex esposo de Prieto y ex padrastro de la hija de Di Girolamo.
El telón de fondo es una denuncia por presuntos abusos sexuales presentada por la hija de Di Girolamo contra Campos, que finalmente terminó con el sobreseimiento del actor al no poder comprobarse las acusaciones. Sin embargo, Di Girolamo insiste en que Campos es un «abusador» a pesar de la decisión judicial.
Prieto cuestiona duramente esta postura, preguntándose «¿Para qué hacen querellas si no acatan los fallos cuando no les conviene?» La actriz señala que en el sistema penal chileno, un acusado es condenado o absuelto, y en este caso Campos fue absuelto, lo cual es sinónimo de inocente. Prieto subraya que la justicia no utiliza el término «inocente», pero que la absolución implica precisamente eso.
Este caso reaviva un debate crucial sobre la importancia de respetar las decisiones de la justicia, incluso cuando no se ajustan a las expectativas de las partes involucradas. Prieto, quien también fue víctima de abuso sexual en su infancia, enfatiza la necesidad de que quienes acuden a la justicia acepten sus fallos, en lugar de continuar cuestionándolos públicamente.
La postura de Prieto plantea una reflexión profunda sobre el papel de la justicia y la responsabilidad de quienes la invocan. ¿Hasta qué punto deberíamos aceptar las decisiones judiciales, incluso cuando no nos satisfacen? Este caso sin duda reavivará un debate crucial sobre los límites entre la justicia y la percepción pública.
