En un movimiento que ha elevado aún más las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, el Departamento de Guerra de EEUU ha confirmado el despliegue de cazas F-35B Lightning II del Escuadrón de Ataque de la Infantería de Marina 225 en Puerto Rico. Estos aviones de última generación, conocidos por su capacidad de despegue y aterrizaje en corta distancia, se encuentran listos para participar en las operaciones antinarcóticos que Washington ha activado en el Caribe.
Según el Departamento de Guerra, estos cazas F-35B tienen como objetivo «combatir contra los carteles cuyas actividades ilícitas han tenido devastadoras consecuencias para los estadounidenses durante décadas». Sin embargo, esta acción ha sido fuertemente criticada por Venezuela, que considera que en realidad busca forzar un cambio de Gobierno en Caracas.
La respuesta de Venezuela
Ante este despliegue, el Gobierno venezolano ha anunciado la realización de maniobras militares en la isla de La Orchila, en el Caribe venezolano. Estas maniobras tienen como objetivo dar respuesta a lo que Caracas ha calificado como una «amenaza» por parte de Washington.
Expertos en la región han señalado que el Caribe no es una ruta utilizada a gran escala por los narcotraficantes para introducir drogas en Estados Unidos, lo que ha puesto en duda la efectividad real de este operativo. Sin embargo, para el Gobierno de Trump, la presencia de estos avanzados cazas F-35B en Puerto Rico es un claro mensaje de fuerza y determinación en su lucha contra el narcotráfico.
Implicaciones geopolíticas
Más allá de la supuesta lucha antinarcóticos, este despliegue de cazas F-35B en Puerto Rico tiene importantes implicaciones geopolíticas. Representa un escalamiento de la tensión entre Estados Unidos y Venezuela, dos países que han mantenido una relación cada vez más tensa en los últimos años.
Desde una perspectiva económica, el conflicto podría tener serias consecuencias para la región, afectando el comercio y la estabilidad de los países del Caribe. Asimismo, el riesgo de una posible confrontación militar entre Washington y Caracas, aunque poco probable, no puede descartarse por completo.
En definitiva, el envío de estos cazas F-35B a Puerto Rico es un movimiento que profundiza la crisis entre Estados Unidos y Venezuela, con implicaciones que van más allá de la lucha contra el narcotráfico y que podrían tener un impacto significativo en la geopolítica de la región.
