En el marco de las Fiestas Patrias, el arzobispo de Santiago, el cardenal Fernando Chomali, pronunció un discurso contundente durante el Te Deum Ecuménico celebrado en la Catedral Metropolitana. Ante las principales autoridades políticas y representantes de diversos credos, Chomali se posicionó firmemente en contra del aborto y la eutanasia, defendiendo la vida de los más vulnerables.
«Chile es un país laico, lo sabemos, pero ello no significa que los creyentes tengamos que guardar silencio cuando vemos amenazados los fundamentos de la democracia y del Estado de derecho, sobre todo cuando se pretende aprobar leyes claramente injustas como el aborto y la eutanasia, porque atentan contra quienes el Estado debiese cuidar y proteger celosamente, los más débiles», afirmó el cardenal.
Llamado a Priorizar la Educación Pública
Más allá de su posición sobre temas bioéticos, Chomali también hizo un llamado a los candidatos presidenciales para que prioricen la educación pública en sus agendas. «La ignorancia es la causa de gran parte de los males que nos aquejan como sociedad, como la ausencia de diálogo, la violencia, el desprecio por la vida, la cultura de la cancelación, la corrupción y la frivolidad», aseguró.
En ese sentido, el arzobispo exhortó a los aspirantes a cargos de representación a hacer de su «actuación una clase magistral de civilidad y respeto», pues «no se trata solo de ganar votos, sino de recuperar la confianza de los chilenos y demostrar que la política es una actividad noble, necesaria y fundamental, cuyo fin último es el bien común».
Defensa de la Democracia y la Unidad Nacional
Chomali también reivindicó los valores democráticos y llamó a estar «atentos» ante quienes los pongan en duda. «El pueblo de Chile ama la democracia, reconoce su valor y sabe el costo que se paga cuando se pierde. Ello exige agradecer, pero al mismo tiempo, estar atentos a las corrientes que minimicen su valor», afirmó.
Finalmente, el cardenal hizo un llamado a la unidad nacional, señalando que «no es tiempo de divisiones estériles, de polarizaciones, de cálculos mezquinos, sino de unidad en lo esencial: la defensa de la dignidad de cada persona, la búsqueda del bien común, la recuperación de la confianza y de la esperanza».
Con su discurso, el arzobispo de Santiago se erigió como una voz influyente en el debate público, abogando por la protección de la vida, la educación y los valores democráticos en vísperas de las próximas elecciones.