El programa de farándula ‘Primer Plano’ de Chilevisión ha generado un verdadero escándalo en los últimos meses, al recibir una impresionante cantidad de denuncias por parte de los televidentes ante el Consejo Nacional de Televisión (CNTV). Según los datos oficiales, solo en agosto de este año, el espacio acumuló 2.484 denuncias, lo que representa el 12% de todas las quejas recibidas por el CNTV en lo que va del 2025.
Las principales controversias se desataron en torno a dos episodios en particular. En el primero, la entrevista en vivo a la periodista María Paz Arancibia fue calificada por los denunciantes como un «trato humillante, hostil y cargado de violencia verbal». Fueron 2.381 reclamos los que se presentaron por este segmento, de los cuales 1.878 se encuentran en proceso de revisión.
Comentarios polémicos generan indignación
Pero eso no fue todo. En otro capítulo, las declaraciones de la panelista Pancha Merino también desataron la furia de los televidentes. Merino aseguró que las «víctimas de bullying tienen responsabilidad en lo que les sucede», lo que fue visto como una postura insensible y dañina.
Otro episodio que recibió más de 100 denuncias fue aquel en el que se entrevistó a Juan David Rodríguez, un ex participante de ‘Rojo, fama contra fama’. Rodríguez llegó al estudio para hablar sobre una denuncia por impago de pensión alimenticia y dudas sobre la paternidad de su hijo menor de 3 años. Sus declaraciones, en las que negaba ser el padre del niño por el color de su piel, fueron consideradas por los televidentes como una «vulneración a la integridad del menor» y una exposición inapropiada de los menores involucrados.
Reflexión sobre los límites éticos en la televisión
Estos incidentes han generado un intenso debate sobre los límites éticos y la responsabilidad que deben tener los programas de farándula a la hora de abordar temas delicados. Muchos cuestionan si el afán por generar contenido sensacionalista y controversial ha sobrepasado los principios básicos de respeto y protección, especialmente cuando se trata de menores de edad.
La avalancha de denuncias recibidas por ‘Primer Plano’ pone de manifiesto la necesidad de que los medios de comunicación revisen sus prácticas y establezcan pautas más estrictas para garantizar que el entretenimiento no se convierta en una violación de los derechos de los involucrados. Solo así podrán recuperar la confianza y el respeto de la audiencia.