En una noche que marcó un hito para la música chilena, el rapero Pablo Chill-E protagonizó un concierto sinfónico sin precedentes en la televisión abierta. Bajo la dirección musical de Gabo Paillao, la estrella urbana se presentó los días 5 y 6 de septiembre en el escenario principal de Corpartes, agotando ambas fechas.
La fusión de los sonidos callejeros de Chill-E con una orquesta de cámara fue el sello distintivo de este espectáculo, titulado Red Bull Symphonic. Gonzalo González, un destacado ingeniero local, se encargó de la mezcla de sonido, logrando un equilibrio perfecto entre los elementos urbanos y sinfónicos.
Una Colaboración Única
La dirección musical estuvo a cargo de Gabo Paillao, conocido por su trabajo con La Brígida Orquesta y Ana Tijoux. Paillao se hizo cargo de la orquesta que acompañó al artista puentealtino, demostrando su habilidad para adaptar la música urbana al formato sinfónico.
En sus redes sociales, Paillao agradeció el esfuerzo de su equipo y del propio Pablo Chill-E. «Finalizan 6 meses de trabajo con un concierto histórico para la música chilena, gracias mi hermano Pablo Chill-E por ser tremendo artista y ser humano, un honor dirigir y escribir todos estos arreglos orquestales para tu música de calle, del Chile del barrio», escribió.
Celebrando la Diversidad Musical
El concierto contó con la conducción televisiva del periodista Gonzalo Fouilloux y reunió a destacadas personalidades de la música urbana y el espectáculo local. Además, se desplegó una alfombra roja a las afueras del teatro, dando un toque de glamour a la cita.
Sin embargo, no todo fue elogios. El crítico musical Horacio Saavedra despedazó el show sinfónico de Chill-E, calificándolo como un «remedo de concierto». Pero para la mayoría de los asistentes y espectadores, esta fusión de géneros representó una celebración de la diversidad musical chilena.
El concierto de Pablo Chill-E en Red Bull Symphonic marcó un hito en la carrera del artista y en la escena musical del país. Al combinar su estilo urbano con la elegancia de una orquesta de cámara, Chill-E demostró que la música no tiene límites y que la colaboración entre géneros puede dar lugar a experiencias verdaderamente cautivadoras.