En una nueva muestra de ostentación, el líder norcoreano Kim Jong-un lució un reloj suizo de aproximadamente $14,000 dólares durante su reciente visita a Pekín. Esto, a pesar de que Corea del Norte tiene prohibida la importación de bienes de lujo bajo sanciones de la ONU, y de que su propio régimen castiga las actitudes consideradas «burguesas» dentro del país.
Las imágenes publicadas por el Kremlin muestran a Kim Jong-un luciendo el reloj, mientras que su influyente hermana Kim Yo-jong portaba un bolso negro de lujo Lady Dior valorado en unos $7,000 dólares. Este no es el primer incidente de este tipo, pues los Kim han hecho gala de este tipo de artículos en ocasiones anteriores, a pesar de las prohibiciones.
El Consumo de Lujo de la Élite Norcoreana
Este fenómeno se enmarca en un creciente consumo de lujo por parte de la élite norcoreana, que incluye relojes, cosméticos y bebidas alcohólicas. Según datos aduaneros de China, las importaciones de estos bienes a Corea del Norte superaron los $40 millones de dólares en 2023, un crecimiento exponencial en comparación con los tres años previos.
Los empresarios norcoreanos viajan a ciudades chinas para comprar muebles europeos, televisores, artículos de moda, bebidas alcohólicas y cosméticos. A menudo, reetiquetan los productos surcoreanos como «hechos en China» para ocultar su verdadero origen.
Grietas en el Sistema de Sanciones
Pese a las sanciones internacionales, los funcionarios comerciales norcoreanos enviados al extranjero, sus esposas e incluso los trabajadores norcoreanos en el exterior pueden comprar artículos de lujo y llevarlos directamente al país. Además, en China, la gente puede regalar este tipo de bienes a sus socios comerciales en Corea del Norte, lo que pone de relieve que los intercambios personales también sirven como vía de acceso a productos de lujo occidentales prohibidos oficialmente.
Crecimiento Económico y Desigualdad
A pesar de que el Banco de Corea estimó un crecimiento del PIB norcoreano del 3,7% interanual en 2024, su ingreso nacional bruto (INB) equivale solo al 1,7% del de Corea del Sur. Este crecimiento convive con una grave escasez de alimentos y la persecución estatal a los ciudadanos comunes que se atreven a imitar o consumir la cultura capitalista.
La creciente cercanía con Rusia, la mejora de relaciones con China y una mayor tolerancia a los mercados informales han dado alas a las élites económicas y a los nuevos ricos, llamados ‘donju’, que se benefician de la expansión de los mercados informales. Sin embargo, para la mayoría de la población, la realidad sigue siendo de pobreza y privaciones.