En un contundente golpe contra la corrupción en las altas esferas, un tribunal de China ha condenado a pena de muerte a Liu Xingtai, quien fuera vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular de la provincia de Hainan. La justicia determinó que Liu se apropió indebidamente de aproximadamente 316 millones de yuanes (unos 43 millones de euros o más de 48 mil millones de pesos chilenos) durante su mandato entre 2003 y 2024.
La lucha implacable de Xi Jinping contra la corrupción
Desde que Xi Jinping asumió la Presidencia de China en 2013, ha implementado una serie de medidas enérgicas para combatir la corrupción en todos los niveles del gobierno. Para el mandatario, este flagelo representa un «tumor maligno» que amenaza la vitalidad y capacidad de lucha del Partido Comunista Chino. Por ello, ha insistido en que mientras existan actos de corrupción, el partido «luchará sin detenerse ni un minuto».
La sentencia contra Liu Xingtai es un claro ejemplo de la dureza con la que China está tratando este problema. La pena de muerte, con un período de suspensión de dos años, es una de las sanciones más severas que se pueden imponer a los funcionarios corruptos. Pasado ese plazo, la condena podría ser conmutada por cadena perpetua si el reo lo solicita.
Recuperación de bienes y confiscación de propiedades
Además de la pena capital, la justicia china también ha ordenado que Liu Xingtai devuelva los 316 millones de yuanes apropiados de forma ilícita. Todos estos bienes han sido ya confiscados y serán entregados al Estado. Asimismo, el exfuncionario ha sido despojado de sus derechos políticos y se le han incautado todas sus propiedades personales.
Estos castigos severos y la recuperación de los fondos desviados envían un mensaje claro: el gobierno chino no tolerará la corrupción en sus filas y está dispuesto a tomar medidas drásticas para erradicarla. La condena a muerte de Liu Xingtai es un ejemplo emblemático de esta implacable lucha contra la malversación de fondos públicos.
