En los últimos años, Chile ha dado importantes pasos para modernizar su institucionalidad migratoria. La creación del Servicio Nacional de Migraciones, la consagración legal del Consejo de Política Migratoria y la obligación de dictar y revisar periódicamente la Política Nacional de Migración y Extranjería (PNME) son hitos que han sentado las bases de un marco legal más ordenado, predecible y ajustado a estándares internacionales.
Sin embargo, el verdadero desafío es transformar esta arquitectura legal en una institucionalidad que funcione con eficiencia, transparencia y dignidad. Y es aquí donde la realidad nos enfrenta a un panorama preocupante: demoras de meses o incluso años en la tramitación de permisos, una PNME que aún carece de metas e indicadores claros, municipios sin recursos suficientes para acompañar e integrar a las comunidades migrantes, y una red consular que no ha sido capaz de desplegar todo su potencial como herramienta de gestión migratoria.
Propuestas para una Institucionalidad Migratoria Moderna
En el marco de las próximas elecciones presidenciales, diversos centros de estudio han logrado consensuar propuestas concretas sobre cómo debe ser la política migratoria del Chile del futuro. Estas propuestas apuntan a fortalecer la institucionalidad migratoria y abordar de manera efectiva varios de los desafíos aún pendientes.
Fortalecimiento del Servicio Nacional de Migraciones
Una de las medidas clave es el fortalecimiento del Servicio Nacional de Migraciones, dotándolo de infraestructura moderna, sistemas automatizados y equipos profesionales especializados para resolver los cuellos de botella más críticos en la tramitación de permisos.
Evaluación Independiente del Sistema de Permisos
Otra propuesta relevante es la realización de una evaluación independiente del sistema de revisión y otorgamiento de permisos, con el objetivo de reducir de forma significativa los tiempos de espera y optimizar los procesos.
Institucionalización de Metas e Indicadores
Finalmente, destaca la recomendación de institucionalizar metas e indicadores estratégicos para el Consejo de Política Migratoria, garantizando que la PNME no sea únicamente una declaración de principios, sino una herramienta operativa con mecanismos efectivos de monitoreo y rendición de cuentas.
Un Llamado a la Voluntad Política
Chile tiene la oportunidad de consolidar una política migratoria integral que combine gobernanza, seguridad y respeto a los derechos humanos. El consenso ya está trazado: ahora se trata de tener la voluntad y los recursos para hacerlo realidad. Porque una institucionalidad migratoria sólida no es un lujo, sino la condición para que la política migratoria sea digna, efectiva y legítima ante toda la ciudadanía.