Cuando el psicoterapeuta estadounidense Clay Cockrell se especializó en el tratamiento de pacientes millonarios en Nueva York, se encontró con una sorprendente revelación: la felicidad no proviene de la riqueza material. De hecho, Cockrell afirma que renunció a la idea de hacerse rico, dándose cuenta de los «peligros de tener demasiado de todo».
En una entrevista con la BBC, Cockrell comparte las lecciones que ha aprendido al ayudar a sus clientes adinerados a superar lo que él describe como el «efecto tóxico de la abundancia». Según el terapeuta, muchos de sus pacientes ricos sufren de una mentalidad de «nunca tener suficiente», creyendo que alcanzar cierta meta financiera les traerá la felicidad. Sin embargo, una vez que alcanzan esos objetivos, se dan cuenta de que aún les falta algo.
Más Allá del Dinero: Encontrando un Propósito Verdadero
Cockrell explica que su trabajo se enfoca en ayudar a los superricos a identificar sus propósitos más allá de simplemente acumular riqueza. «Si la felicidad no está en un número, ¿dónde está?», se pregunta. «¿Está en la filantropía? ¿Está en las relaciones? ¿Está en construir algo nuevo, desde cero? La ambición es genial, pero solo si se analiza y se alinea con un propósito».
El terapeuta señala que muchos de sus clientes han sido desestimados por terapeutas anteriores, quienes consideraban que sus problemas eran «problemas del primer mundo» y no merecían ser tratados. Sin embargo, Cockrell cree que es crucial reconocer que el dinero puede complicar la vida de las personas, incluyendo dificultades en las relaciones familiares, desconexión del mundo real y desconfianza hacia los demás.
El Peligro de Criar Hijos en la Abundancia
Otro desafío que Cockrell ha identificado es el impacto que la riqueza puede tener en los hijos de los superricos. Advierte que cuando los niños crecen expuestos a un mundo de lujos y privilegios, pueden desarrollar una «sensación de ‘lo he visto todo, lo he probado todo’ y se aburrirán». Esto puede llevarlos a buscar emociones fuertes a través del consumo de drogas o conductas de riesgo, simplemente para sentir algo nuevo.
Además, los hijos de millonarios a menudo enfrentan una «enorme presión para superar a sus padres», lo que puede socavar su capacidad de forjar su propio camino y encontrar lo que realmente les apasiona.
Lecciones de la Serie «Succession»
El éxito de Cockrell como terapeuta de los superricos ha cobrado aún más relevancia en los últimos años, especialmente después de que comenzara a escribir sobre los paralelismos entre su metodología y la aclamada serie «Succession» (2018-2023). Según el experto, la serie refleja con precisión el «efecto tóxico del exceso» que afecta a las familias multimillonarias, a pesar de las licencias dramáticas.
Cockrell señala que la sociedad a veces admira a los más ricos por su esfuerzo, mientras que en otros momentos los vilipendian, como si hubieran logrado todo por medios nefastos. «Muchas de estas personas son increíblemente inteligentes, trabajadoras y han logrado cosas admirables en sus vidas. A veces son admiradas y a veces vilipendiadas. Y se sienten muy confundidos al respecto», explica.
Para el resto de nosotros que creemos que «con solo ese aumento, si trabajo aún más duro, seré feliz», Cockrell nos desafía a mirar a quienes ya lo tienen todo y no son felices. «Eso nos reta a pensar: ¿qué me traerá felicidad y alegría? Ahí reside el valor. En las relaciones, en la familia, en la contribución que hacemos a la comunidad. De ahí proviene la felicidad», concluye.