Este domingo, Bolivia se enfrenta a una encrucijada política crucial. Después de dos décadas de gobiernos de izquierda, los 7.567.207 bolivianos mayores de 18 años acudirán a las urnas para elegir a su nuevo presidente, vicepresidente y Parlamento. La contienda se perfila como una posible alternancia de poder, con dos candidaturas opositoras que aparecen como favoritas según las encuestas.
Por un lado, el empresario de centroderecha Samuel Doria Medina y, por el otro, el expresidente derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002). Si ninguno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos válidos o al menos el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el siguiente, Bolivia viviría por primera vez una segunda vuelta electoral.
Fin de una Era de Hegemonía Izquierdista
La posible salida del poder de la izquierda representaría un giro histórico en Bolivia. El oficialista Eduardo del Castillo aparece rezagado en las encuestas, mientras que Andrónico Rodríguez, considerado el sucesor del expresidente Evo Morales, tampoco parece tener opciones de llegar al balotaje.
Morales (2009-2016), quien ha insistido en ser candidato pese a la prohibición constitucional, se ha desmarcado del Movimiento al Socialismo (MAS) y promueve el voto nulo junto a sus seguidores, quienes protagonizaron protestas en los últimos meses para forzar su inscripción.
Incertidumbre y Desafíos
Las encuestas también han mostrado un alto porcentaje de indecisos, votos blancos y nulos, incluso antes de que Morales iniciara su campaña. Según la normativa vigente, estos votos no se consideran válidos, pero si suman la mayoría, la elección se realizaría con base en los votos válidos, aunque hayan obtenido minoría.
Estas elecciones se desarrollarán bajo estrictas medidas de seguridad, con el despliegue de 14 misiones internacionales de observación electoral y la prohibición de aglomeraciones, venta de alcohol y circulación de vehículos sin autorización.
El resultado de estos comicios marcará un hito en la historia política de Bolivia, con implicaciones que van más allá de sus fronteras. ¿Rumbo al centro o la derecha? La respuesta se conocerá este domingo.
