El gobierno está evaluando la posibilidad de presentar un proyecto de ley que otorgue a las Fuerzas Armadas facultades de contrainteligencia sobre los uniformados, incluso cuando se encuentren fuera de los recintos militares. Según explicó el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, esta medida busca abordar los riesgos de «afectación a la seguridad militar» que puedan surgir de las acciones de los militares en espacios públicos.
Ampliar el Alcance de la Inteligencia Militar
Hasta ahora, las capacidades de inteligencia y contrainteligencia de las Fuerzas Armadas se han limitado principalmente a los confines de las instalaciones castrenses. Sin embargo, el gobierno argumenta que es necesario extender este ámbito de acción, dado que se han detectado «problemas» relacionados con el narcotráfico que involucran a uniformados fuera de los recintos.
El diputado Andrés Jouannet, del partido Amarillos, respaldó la propuesta del Ejecutivo, señalando que es coherente con las preocupaciones que ha recogido del propio sector militar. «Hoy efectivamente están ciegos fuera de lo que son los recintos militares», afirmó Jouannet, en referencia a la necesidad de ampliar las facultades de inteligencia.
Equilibrio entre Seguridad y Derechos
No obstante, la iniciativa plantea interrogantes sobre los límites de la vigilancia estatal y el equilibrio entre la seguridad nacional y los derechos individuales. Algunos expertos advierten que se debe evitar un exceso de atribuciones que pueda derivar en abusos o vulneración de libertades.
La comisión mixta que analiza la Ley de Inteligencia acordó sumar una segunda sesión de trabajo para abordar a fondo esta propuesta. El presidente de la comisión, el senador Javier Macaya, enfatizó la necesidad de ser «ambiciosos» en el análisis, sin excluir temas, con el fin de despachar la iniciativa con «rapidez y acuciosidad».
