La nominación de Peter Lamelas como embajador de Estados Unidos en Argentina ha generado una verdadera tormenta diplomática, con repercusiones que van más allá de las fronteras nacionales. Lamelas, un médico de origen cubano y empresario multimillonario, se ha presentado como mucho más que un simple representante estadounidense en Buenos Aires.
Durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Lamelas dejó entrever sus ambiciosos planes si es confirmado en el cargo. Advirtió sobre la posibilidad de «corrupción» en los acuerdos que las provincias argentinas puedan establecer con empresas chinas, y anticipó que quiere recorrer personalmente cada una de las 23 provincias del país para «apoyar» y «hacer justicia».
Pero sus declaraciones no se detuvieron ahí. Lamelas también se pronunció sobre el caso del atentado a la AMIA y la condena a la expresidenta Cristina Kirchner, afirmando que su «papel es asegurarse de que apoyemos al gobierno de Javier Milei en todos sus esfuerzos» al respecto. Estas palabras han desatado la furia del peronismo, que ve en Lamelas a un «nuevo fiscal plenipotenciario» enviado desde Mar-a-Lago.
Reacciones en Argentina y China
La reacción en Argentina no se hizo esperar. Gobernadores peronistas, como Axel Kicillof y Gustavo Melella, han expresado su rechazo a la nominación de Lamelas, calificándola como una «violación del derecho internacional» y una «falta de respeto a nuestra dignidad nacional». Incluso Cristina Kirchner, desde su reclusión, ha salido a repudiar el nombramiento, advirtiendo que «los que verdaderamente mandan en la Argentina de Milei son ‘Las Fuerzas del Norte’.»
Pero la polémica no se limita a Argentina. En China, el gobierno ha calificado las declaraciones de Lamelas como «plagadas de prejuicios ideológicos y de mentalidad de Guerra Fría», advirtiendo que esto «contradice y se opone a los valores democráticos que tanto proclaman» los Estados Unidos.
Lamelas, el «embajador de Trump»
La historia personal de Lamelas, quien huyó de la Cuba comunista de niño, lo ha convertido en un ferviente defensor del «sueño americano» y en un admirador del presidente Javier Milei, a quien conoció en Mar-a-Lago. Su nominación, respaldada por Donald Trump, parece estar alineada con una agenda de confrontación geopolítica que podría tener graves consecuencias para las relaciones entre Argentina, Estados Unidos y China.
A medida que el Senado estadounidense evalúa su confirmación, Lamelas se perfila como un embajador que va mucho más allá de la diplomacia tradicional, dispuesto a intervenir en los asuntos internos de Argentina y a desafiar los acuerdos comerciales con China. Su llegada a Buenos Aires, de concretarse, sin duda marcará un nuevo capítulo en las complejas relaciones entre estos países.