En un giro inesperado, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y la Rada Suprema (Parlamento) han dado marcha atrás en su intento por someter a la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Especial Anticorrupción (SAP) al control del fiscal general. Tras una fuerte presión de la sociedad civil y los aliados europeos, el Parlamento aprobó este jueves, con una mayoría aplastante de 331 votos a favor, un nuevo proyecto de ley que restablece la independencia de estas agencias clave en la lucha contra la corrupción.
La decisión revierte una polémica reforma aprobada apenas una semana antes, que había generado protestas ciudadanas y críticas de la comunidad internacional. Según los expertos, el intento de Zelenski de asumir el control de los organismos anticorrupción fue visto como un peligroso paso hacia el autoritarismo.
La presión de la calle y de los socios europeos
Tras la aprobación de la reforma que subordinaba a NABU y SAP al fiscal general, la sociedad civil ucraniana reaccionó con manifestaciones en las calles. Además, los aliados europeos de Kiev, como la Unión Europea y organizaciones internacionales, llamaron la atención a Zelenski sobre los riesgos de este movimiento.
Según fuentes gubernamentales, después de conversar con líderes comunitarios, el presidente ucraniano presentó un nuevo proyecto de ley que ha sido bien recibido por las propias agencias anticorrupción y calificado como «un paso en la buena dirección» por los socios de Ucrania y la mayor parte de las ONG de la sociedad civil.
Un giro inesperado
El rápido cambio de rumbo de Zelenski y el Parlamento ha sido interpretado como una victoria de la sociedad civil y una señal de que Ucrania está comprometida con mantener la independencia de sus instituciones clave en la lucha contra la corrupción. Este episodio demuestra la capacidad de la ciudadanía y los aliados internacionales para influir en la toma de decisiones del gobierno y evitar retrocesos en el fortalecimiento del Estado de derecho.
Si bien queda por ver cómo se implementará la nueva ley y si se mantendrá el compromiso a largo plazo, este giro inesperado ha sido ampliamente celebrado por quienes defienden la transparencia y la rendición de cuentas en Ucrania.
