La NASA y la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) se unen para lanzar una misión revolucionaria que cambiará la forma en que observamos nuestro planeta. El próximo 30 de julio, el satélite NISAR (Radar de Apertura Sintética NASA-ISRO) despegará al espacio, convirtiéndose en un ojo vigilante que escaneará la Tierra 14 veces al día, proporcionando una vista tridimensional sin precedentes.
NISAR, apodado el «ojo» que vigilará la Tierra, es la primera misión que recopilará datos de radar en dos bandas de microondas diferentes: la banda L y la banda S. Esta tecnología le permitirá medir cambios en la superficie del planeta con una precisión de hasta un centímetro, captando fenómenos como el flujo de los glaciares, los cambios en las capas de hielo, la dinámica de terremotos y volcanes, entre otros.
Preparación y Respuesta ante Desastres Naturales
Estos datos serán de gran valor para los responsables de la toma de decisiones, las comunidades y los científicos, ya que les ayudarán a monitorear infraestructuras clave, campos agrícolas y comprender mejor los peligros naturales como deslizamientos de tierra y eventos sísmicos. Además, la misión NISAR permitirá una mejor preparación y respuesta ante desastres como huracanes, inundaciones y erupciones volcánicas.
Tecnología de Vanguardia para Observar la Tierra
Una de las características más destacadas de NISAR es su capacidad de penetrar nubes y zonas oscuras durante sus observaciones, recopilando datos día y noche, independientemente de las condiciones meteorológicas. Esto se debe a la sofisticada técnica de «radar de apertura sintética» que utiliza.
Gracias a esta tecnología, NISAR podrá escanear casi toda la superficie terrestre y helada del planeta dos veces cada 12 días. Y lo mejor de todo: sus datos serán públicos y gratuitos, lo que permitirá a científicos de todo el mundo aprovechar al máximo esta valiosa información.
Un Hito en la Observación de la Tierra
La misión NISAR representa un hito en la observación de nuestro planeta desde el espacio. Este «ojo» vigilante, fruto de la colaboración entre la NASA y la ISRO, revolucionará nuestra comprensión de los procesos terrestres y nos ayudará a estar mejor preparados para hacer frente a los desafíos ambientales y naturales que enfrentamos.
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