Una escena dramática se vivió este sábado en el Aeropuerto Internacional de Denver, Estados Unidos, cuando un vuelo comercial de American Airlines tuvo que ser evacuado de emergencia después de que se reportara un incendio en el tren de aterrizaje durante el despegue.
El vuelo 3023, que se dirigía de Denver a Miami con 173 pasajeros y 6 miembros de la tripulación a bordo, experimentó un problema de mantenimiento relacionado con uno de los neumáticos justo cuando la aeronave, un Boeing 737 MAX 8, se encontraba en la pista.
Evacuación Rápida y Ordenada
Según los reportes, los pasajeros y la tripulación lograron evacuar el avión de manera segura y sin heridos graves. Imágenes compartidas en redes sociales muestran a los pasajeros descendiendo por los toboganes de emergencia mientras se observa humo y llamas en la parte trasera de la aeronave.
La Administración Federal de Aviación (FAA) informó que el incidente ocurrió alrededor de las 2:45 p.m. hora local (4:45 p.m. hora de Chile). Si bien una persona tuvo que ser trasladada a un hospital por lesiones menores, el resto de los ocupantes resultaron ilesos gracias a la rápida y efectiva evacuación.
Investigación en Curso
American Airlines, por su parte, señaló en un comunicado que la aeronave «experimentó un problema de mantenimiento antes del despegue» y que ya ha sido retirada de servicio para ser inspeccionada por el equipo de mantenimiento de la compañía.
La FAA ha iniciado una investigación para determinar las circunstancias exactas bajo las cuales se reportó el fallo en el avión, con el objetivo de prevenir incidentes similares en el futuro y garantizar la seguridad de los pasajeros.
Lecciones Aprendidas
Este incidente resalta la importancia de la preparación y la respuesta eficaz ante situaciones de emergencia en la aviación. La evacuación ordenada y la rápida acción de la tripulación y los servicios de emergencia del aeropuerto fueron cruciales para evitar consecuencias más graves.
Además, subraya la necesidad de un mantenimiento riguroso de las aeronaves y la constante vigilancia por parte de las autoridades reguladoras para garantizar la seguridad de los vuelos. A pesar del susto, este episodio demuestra que los protocolos de seguridad funcionan cuando se aplican correctamente.