En un sorprendente giro de los acontecimientos, la Coca-Cola ha aceptado la exigencia del presidente Donald Trump de reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña en la fórmula de su bebida emblemática en Estados Unidos.
Trump, quien ha sido un crítico vocal del uso del jarabe de maíz en los refrescos, reveló en su red social Truth que ha estado «hablando con Coca-Cola» y que la compañía «ha aceptado» hacer este cambio. «Este será un muy buen movimiento por su parte – Ya verán. ¡Simplemente es mejor!», afirmó el mandatario.
Una fórmula más natural y saludable
La decisión de Coca-Cola se alinea con las preocupaciones expresadas por el Secretario de Salud, Robert F. Kennedy, quien ha señalado que el jarabe de maíz de alta fructosa es uno de los principales factores detrás de la epidemia de obesidad que afecta a los estadounidenses.
Hasta ahora, la fórmula de Coca-Cola en EE.UU. ha utilizado este edulcorante de maíz desde la década de 1980, en lugar del tradicional azúcar de caña que se usa en otros países como México y Chile. Esta modificación se hizo originalmente para reducir costos, pero ahora parece que la presión del gobierno y las preferencias de los consumidores han llevado a la compañía a reconsiderar su enfoque.
¿Qué significa esto para los consumidores?
Si bien Coca-Cola aún no ha confirmado públicamente los detalles, es de esperar que la nueva fórmula con azúcar de caña ofrezca un sabor más auténtico y natural, alejándose del perfil más dulce y artificial del jarabe de maíz. Esto podría ser bien recibido por los consumidores que buscan opciones más saludables y menos procesadas.
La portavoz de Coca-Cola, Michelle Agnew, se limitó a agradecer el «entusiasmo del presidente Trump» y prometió compartir más detalles sobre las «innovadoras ofertas» de la marca en el futuro cercano.
Un cambio a nivel global
Es importante destacar que la fórmula de Coca-Cola ya utiliza azúcar de caña en muchos otros países, por lo que este movimiento en Estados Unidos podría ser parte de una estrategia más amplia de la compañía para estandarizar su producto a nivel global. Esto podría ayudar a Coca-Cola a mejorar su imagen de marca y satisfacer las crecientes demandas de los consumidores por productos más naturales y saludables.
Solo el tiempo dirá cómo reaccionará el mercado estadounidense a este cambio, pero por ahora parece que la presión del presidente Trump ha logrado convencer a Coca-Cola de dar un giro significativo en su fórmula emblemática.
